Corticosteroide de acción rápida y prolongada
BAGÓ S.A., LABORATORIOS
FORMA FARMACEUTICA Y FORMULACION:
Cada frasco ampolla contiene: Betametasona (como dipropionato) 10 mg. Betametasona (como fosfato disódico) 4 mg. Excipientes c.s.p. 2 ml.
INDICACIONES TERAPEUTICAS:
Patologías osteoarticulares que requieren corticoterapia sistémica o por infiltración local (tendinitis, tenosinovitis, bursitis, cervicalgias, lumbalgias, lumbociatalgias). Patologías alérgicas o inflamatorias de las vías aéreas superior o inferior. Dermatitis inflamatorias o alérgicas.
CONTRAINDICACIONES:
Tuberculosis activa (a menos que se utilicen quimioterápicos anti-TBC). Micosis sistémicas. Enfermedades virales. Insuficiencia cardiaca grave. Hipertensión arterial. Ulcera grastroduodenal. Psicosis aguda. Osteoporosis. Hipersensibilidad al principio activo. Epilepsia. Glaucoma.
No deberá administrarse por la vía intramuscular en pacientes con púrpura trombocitopénica idiopática.
PRECAUCIONES GENERALES:
El uso de corticoesteroides no es aconsejable durante el embarazo y la lactancia por no haberse establecido la absoluta inocuidad de los mismos en tales estados. Llegado el caso, deberán balancearse los beneficios terapéuticos para la madre y los riesgos fetales. Tampoco se recomienda su utilización durante la lactancia, debido a que los corticoides se excretan por leche materna y pueden ocasionar trastornos de crecimieno e insuficiencia adrenal en el lactante.
La terapia prolongada con corticoides en los niños pueden ocasionar retardo en el crecimieno y desarrollo, por lo que tales circunstancias deberán controlarse periódicamente.
En presencia de insuficiencia renal, la vida media de la betametasona se prolonga y por consiguiente la probabilidad de efectos adversos. Los glucocorticoides pueden agravar el curso de las diabetes mellitus (obligando a incrementar las dosis de insulina) o precipitar las manifestaciones de una diabetes latente.
Luego del tratamiento prolongado con corticoides, la suspensión de los mismos puede provocar un síndrome de privación esteroide, consisenete en fiebre, mialgias, artralgias, náuseas, astenia y depresión.
Los efectos de los corticoesteroides están incrementados en cirrosis hepática y en el hipotiroidismo no tratado. Los corticoides deberán utilizarse con precaución en la colitis ulcerosa inespecífica, con riesgo de perforación y en otras infecciones piógenas, diverticulitis, úlcera péptica, insuficiencia renal, hipertensión arterial, miastenia gravis.
Cronocorteroid no debe administrarse por vía endovenosa ni subcutánea. No administrar el producto en áreas infectadas o próximas.
La interrupción brusca de toda corticoterapia puede inducir una insuficiencia suprarrenal secundaria, la cual podrá evitarse con la reducción gradual del corticoide. Este estado de insuficiencia parcial puede persistir durante meses luego de la interrupción del tratamiento; por tal motivo ante cualquier situación de stress que ocurra en el trascurso de este periodo deberá reinstituirse la terapia glucocorticoidea. Si el hecho aconteciera mientras el paciente está recibiendo corticoterapia deberá incrementarse la dosis del corticoide.
En caso de ser necesario se agregarán mineralocorticoides o se incrementará el consumo de sal.
Los corticoides pueden enmascarar signos de infección e incluso pueden aparecer sobreinfecciones durante su utilización. El uso prolongado de los corticoides puede producir cataratas subcapulares posteriores, glaucoma, daño del nervio óptico, e incremetar la posibilidad de infecciones oculares virósicas o micóticas secundarias.
No se recomienda el uso de corticoesteroides en el transcurso de enfermedades virales ni la administración de vacuna en especial en pacientes que estan bajo tratamiento con dosis inmunosupresoras de corticoides.
REACCIONES SECUNDARIAS Y ADVERSAS:
Puede observarse durante el transcurso del tratamiento, aumento de apetito, edemas, hipokalemia, ardor y dolor epigástrico, úlcera gastroduodenal en tratamientos prolongados, elevación de la presión arterial, trastornos psíquicos, insomnio, euforia. En los niños puede promover la aparición de convulsiones. Los corticoides pueden desarrollar, activar o agravar la tuberculosis pulmonar.
En tratamientos prolongados (ver Advertencias) puede producir atrofia suprarrenal con insuficiencia secundaria, complicaciones tromboembólicas e hipercoagulabilidad sanguínea. Sumado a eso el uso prolongado de los corticoides trae aparejado los signos característicos del hipercorticismo (Sindrome de Cushing) caracterizado por obesidad centrípeda, atrofia de miembros superiores e inferiores eritrosis facial, atrofia de piel, hipertensión arterial, osteopenia, entre otras manifestaciones.
DOSIS Y VIA DE ADMINISTRACION:
Tratamiento sistémico:
En general se comienza con dosis de 1 a 2 ml que se repite, según sea necesario por vía intramuscular profunda. La dosis y frecuencia de administración dependerán de la gravedad de la afección y de la respuesta clínica. En el manejo de trastornos como lupus eritematoso o mal asmático podrán administrarse 2 ml, inicialmente. En el caso de dermopatías una inyección intramuscular de 1 ml repetida de acuerdo a la respuesta terapeútica resulta en general eficaz.
Con respecto al asma bronquial, fiebre de heno, bronquitis, rinitis alérgica se obtiene un óptimo resultado con 1 a 2 ml. En el tratamiento de las bursitis agudas o crónicas se obtienen resultados favorables con inyecciones de 1 a 2 ml de Cronocorteroid por vía intramuscular.
Tratamiento local:
En bursitis subdeltoides, subacromial, olecraniana y prerrotuliana, una inyección intrabursal de 1 a 2 ml.
En artritis reumatoidea y osteoartritis, una administración intraarticular de 0,5 a 2 ml de Cronocorteroid, según el tamaño de la articulación afectada.
Articulaciones mayores (rodilla, cadera, hombro) 1 a 2 ml.
Articulaciones medianas (codo, muñeca, tobillo) 0,5 a 1 ml.
Articulaciones pequeñas (pie, mano) 0,25 a 0,5 ml.
PRESENTACIONES:
Estuche conteniendo 1 frasco ampolla.
REGISTRO SANITARIO:
II-32142/2016