La Feria 16 de Julio, La Tablada y las denominadas “mañaneras” en La Paz son los principales centros de distribución de productos en mal estado, por tanto sin efectos terapéuticos, advirtió una investigación del experto Gonzalo Vidaurre.
Bolivia no figura entre los países donde se atenta contra la salud de su población, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por lo que las autoridades sanitarias no tienen controles ni información que permitan dimensionar la magnitud del problema.
Estas consideraciones son parte del estudio presentado ayer por el mencionado experto, quien presentó la investigación en un acto organizado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce) y al que asistieron autoridades de Gobierno y la cooperación internacional.
LA PAZ
Al menos en tres zonas de la ciudad cerca de un medio centenar de tiendas de barrio expenden al público –al menos– 21 medicamentos sin registro ni receta, entre ellos psicotrópicos, antibióticos, analgésicos, antihistamínicos, disfunción eréctil, incluso para el tratamiento de cáncer, además de otros fármacos, la mayoría de ellos adulterados, falsificados y con información adulterada.
El conocido pasaje comercial de La Tablada, en las proximidades de la avenida Buenos Aires, se expende medicamentos de forma abierta y libre, dice el estudio. Esto mismo ocurre y en mayor magnitud en la Feria 16 de Julio de la ciudad de El Alto.
En los puestos de venta de las denominadas “mañaneras”, instaladas por la zona Max Paredes de la sede de Gobierno, también se expenden medicamentos en plena luz del día y desde horas 07.00 se comercializa junto con cremas para manos, papel higiénico y antigripales, al igual que preservativos.
La investigación presentada por Vidaurre fue realizada en ocho meses y comprendió las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz. El documento menciona que en el mercado de La Tablada, en La Paz, se constató este extremo.
“Se observa ventas de fármacos como Ciclopen (100 unidades a Bs 110), jeringas, mentisan Inti, antigripales y medicamentos que se puede pedir en cantidad para su comercialización y son entregados máximo en 48 horas”, señaló Vidaurre, quien también verificó que las ventas y pedidos se realizan en muchos casos mediante avisos en internet que nadie controla.
SANTA CRUZ
En octubre de 2017, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, las autoridades bolivianas procedieron al secuestro de tres camiones cargados con los productos falsificados Glucosamin y Digestan. Correspondían a marcas y contraseñas de productos fabricados por una acreditada empresa farmacéutica del país.
Los cargos para los involucrados en este ilícito fueron por los delitos de atentado contra la salud pública y enriquecimiento ilícito.
Pese a que se procedió con el embargo, la empresa afectada fue sorprendida, pues los sindicados de este ilícito no fueron cautelados y solamente tienen la figura de detención preventiva.
Lo más sorprendente es que sin conocimiento de la empresa afectada y sin notificación a las autoridades se procedió a la devolución de la mercadería falsificada a simple requerimiento. Este caso resulta ser muy extraño, pues el informe del Servicio Departamental de Salud (Sedes) ha verificado que estos medicamentos no tienen registro sanitario ni autorización para su comercialización.
COCHABAMBA
En el año 2010, una empresa importadora de medicamentos tenía su almacén principal en la ciudad de Cochabamba. Las autoridades procedieron con su clausura en el año 2009 y secuestraron 20 toneladas de medicamentos con 38 fechas de vencimiento adulteradas. Según los informes de prensa de esos años, la importadora distribuía medicamentos adulterados a farmacias en todo el país. Las ventas más grandes eran a una red importante de farmacias y los medicamentes más frecuentes eran las amoxicilinas.
CIFRAS DE IMPORTACIONES
En 2017, unas 8.000 toneladas de medicamentos ingresaron al país por la vía de la importación legal, con el valor de 199 millones de dólares, mientras que se desconoce los volúmenes de las medicinas que ingresan sin control al país utilizando las frontera desguarnecidas, sin registros sanitarios y en algunos casos decomisados por las autoridades aduaneras por su dudosa procedencia.
La inversión en el sector farmacéutico boliviano entre el 2010 y 2013 fue de 95 MM de dólares, equivalente al 6% del total de la inversión privada nacional. Se estima que la inversión entre el 2015 y 2017 llegó a los 100 millones de dólares, es decir entre 25 a 30 millones cada año.
La fortaleza de la industria se concentra en la producción de medicamentos genéricos y su debilidad radica en su escasa preparación como para producir medicamentos de efecto terapéutico estrecho, es decir aquellos que requieren una tecnología avanzada y costosa como los oncológicos o retrovirales.
Fuente: Vidaurre, Andrade Gonzalo 2018, El negocio de la Muerte 2018, Comercio Informal de Medicamentos en Bolivia.
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