Datos de la investigación, realizada por el experto, Gonzalo Vidaurre, señalaron que la industria pierde 20 por ciento del mercado en razón a los ilícitos aduaneros que en términos monetarios asciende a 160 millones de dólares.
Estas apreciaciones fueron realizadas por separado, por el presidente del Tribunal de Ética del Colegio Médico, Pablo Sitis Sánchez, y Hugo Ayllón, presidente de la Confederación de la Industria Farmacéutica de Bolivia (Cifabol), en el Foro del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), “El negocio de la muerte: comercio informal de medicamentos en Bolivia”, que tuvo lugar ayer en las instalaciones de un céntrico hotel.
La presidenta de la Aduana, Marlene Ardaya, señaló que entre 2016 y 2017 se decomisaron 30 toneladas de medicamentos, los cuales fueron destruidos, y señaló que el ingresó se lo hace por los pasos fronterizos que tiene Bolivia con los países vecinos, principalmente Perú.
Ayllón lamentó que el país no cuente con estadísticas de la incidencia que tiene la presencia de medicamentos adulterados y sin registro en el país y tampoco acciones judiciales con resultados concretos en esta materia, por lo que no se puede precisar la magnitud del daño que provoca el contrabando no solo en la industria sino en el crecimiento económico del país.
“No existen datos sobre la incidencia de la cantidad de productos han sido observados o decomisados. No hay acciones específicas para el decomiso y destrucción de estos productos”, apuntó en clara referencia a las autoridades gubernamentales.
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