El contrabando de fármacos se ha convertido en un problema creciente a nivel mundial y Bolivia no está exenta de ello. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el país está entre las naciones en desarrollo donde el mercado negro y la falsificación de medicamentos supera el 20% del total de las ventas de la industria. Es decir que al menos dos de cada 10 productos farmacéuticos que se venden en territorio nacional son de procedencia ilegal o incumplen con las autorizaciones y garantías para ser comercializados.
Los medicamentos más consumidos en Bolivia son antigripales, antidiarreicos, analgésicos, antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos y antidepresivos. Estos fármacos son a la vez, “lo más propensos a ser falsificados o ilegales”, según la Organización Panamericana de Salud (OPS).
El libro denominado “El negocio de la muerte. Comercio informal de medicamentos en Bolivia”, publicado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), afirma que el contrabando y falsificación de fármacos son temas “altamente sensibles” que las autoridades gubernamentales, aduaneras y empresas privadas “no han logrado hacerle frente”. De acuerdo a datos oficiales, esta actividad ilícita provoca una pérdida de crecimiento aproximado del PIB de 2% anual en Bolivia y el daño a 1.100 fuentes de trabajo, con una evasión impositiva cercana a los $us 15 millones anuales (Bs 104.400.000).
Si bien no existen datos oficiales que evidencien la periodicidad de incautaciones de fármacos realizadas en determinado tiempo, sí existen registros de prensa que confirman estos hechos, aunque poco se conoce sobre el término de los procesos judiciales que enfrentan los responsables de este flagelo.
La desinformación de los consumidores
La desinformación en los consumidores dificulta el trabajo de las autoridades y da pie al ingreso de más insumos de contrabando. De acuerdo a una encuesta realizada por el IBCE, siete de cada 10 personas desconocen el origen del medicamento que adquieren. En un universo de más de mil personas encuestadas en ciudades del eje central, al menos el 21% (más de 200 personas) desconocen que existen fármacos de contrabando e ignoran que podrían comprar un producto ilegal; un 44% de los consultados (más de 400 personas) indicó que no sabría identificar si un fármaco es de contrabando.Los riesgos de consumir un fármaco de contrabando
La OMS advierte que el riesgo para la salud es considerable, pues el ingerir un remedio que incumplió las inspecciones, podría prolongar las enfermedades e incluso producir la muerte.Otras consecuencias secundarias son la vulneración de la confianza de la población en los sistemas de salud y sus profesionales, las susceptibilidades que se generan sobre la efectividad de las vacunas y medicamentos, y la merma en la economía de las familias y centros médicos.
Futuro incierto
El tráfico de remedios es de 10 a 25 veces “más rentable que el de narcóticos” y las sanciones a los criminales son relativamente menos severas, según el escrito presentado por el IBCE.
La Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud (AGEMED), es la entidad del Estado que ejerce acciones reguladoras para garantizar el acceso equitativo, la disponibilidad oportuna y el uso racional de medicamentos. Periódicamente, la institución realiza rendiciones públicas de cuentas, no obstante, se desconoce sobre los procesos judiciales o incidentes registrados respecto a la falsificación de medicamentos.
Ante esta problemática que va en ascenso, los actores de la industria, laboratorios e importadores, coinciden en que se deben mejorar las regulaciones, certificaciones e inspecciones a la comercialización al por menor. Entre sus propuestas están el perfeccionamiento del mecanismo de trazabilidad y el uso de hologramas, el fortalecimiento de la supervisión a través de la agencia estatal correspondiente y la educación del consumidor.
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