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Friday, January 7, 2022

Quetiazic Comprimidos recubiertos

 

Forma farmacéutica y formulación

QUETIAZIC® 25 mg
Cada comprimido recubierto contiene:
Quetiapina fumarato 25 mg
Excipientes c.s.p. 1 comprimido

QUETIAZIC® 100 mg
Cada comprimido recubierto contiene:
Quetiapina fumarato 100 mg
Excipientes c.s.p. 1 comprimido

QUETIAZIC® 200 mg
Cada comprimido recubierto contiene:
Quetiapina fumarato 200 mg
Excipientes c.s.p. 1 comprimido

QUETIAZIC® 300 mg
Cada comprimido recubierto contiene:
Quetiapina fumarato 300 mg
Excipientes c.s.p. 1 comprimido

Indicaciones terapéuticas

Esquizofrenia: Quetiapina está indicada para el tratamiento de la esquizofrenia (DSM IV) tanto en adultos como en adolescentes (13 a 17 años).
Trastorno bipolar: Quetiapina está indicada para el tratamiento agudo de episodios de manía asociados al trastorno bipolar I, tanto en monoterapia como adjunto con litio o valproato sódico (DSM IV), tanto en pacientes adultos como en pediátricos (10 a 17 años).
Quetiapina está indicada como monoterapia para el tratamiento agudo de episodios depresivos asociados al trastorno bipolar (I y II) (DSM IV).
Quetiapina está indicada en el tratamiento de mantenimiento del trastorno bipolar I, como adjunto al litio o al valproato sódico (DSM IV).
Consideraciones especiales en el tratamiento de la esquizofrenia pediátrica y trastorno bipolar I: La esquizofrenia y el trastorno bipolar tipo I pediátricos son trastornos mentales graves, sin embargo, el diagnóstico puede ser difícil. Para la esquizofrenia infantil, el perfil de los síntomas puede ser variable, y para el trastorno bipolar I, los pacientes pueden tener patrones variables de periodicidad de síntomas maníacos o mixtos. Se recomienda que la terapia con medicamentos para la esquizofrenia infantil y el trastorno bipolar I se inicie sólo después de que se haya realizado una evaluación diagnóstica completa y una cuidadosa consideración y atención de los riesgos asociados al tratamiento con medicamentos. El tratamiento con medicamentos para la esquizofrenia infantil y el trastorno bipolar I se indica como parte de un programa de tratamiento total que a menudo incluye intervenciones psicológicas, educativas y sociales.

Farmacocinética y farmacodinamia

Farmacología: La quetiapina es una droga antipsicótica perteneciente a una nueva clase química, los derivados de la dibenzotiazepina.
La quetiapina es un antagonista de múltiples receptores de neurotransmisores en el cerebro; serotonina 5HTIA y 5HT2 (CI50S = 1268 & 329 nM, respectivamente), histamina H1 (CI50 = 30 nM) y receptores adrenérgicos (alfa=1) y (alfa=2) (CI50S = 1268 & 329 nM, respectivamente).
Quetiapina no ha demostrado una apreciable afinidad con receptores colinérgicos muscarínicos y de benzodiazepina (CI50S > 5000 nM).
Si bien el mecanismo exacto de acción es desconocido, se ha propuesto que la actividad antipsicótica de esta droga es mediada a través de una combinación de antagonismo de dopamina tipo 2 (D2) y de tipo serotonina (5-HT-2). El antagonismo en los receptores distintos a la dopamina y 5HT2 con similares afinidades receptoras puede explicar algunos de los demás efectos de la droga.
La somnolencia observada con esta droga puede ser debida al antagonismo de la quetiapina sobre los receptores H1 y el antagonismo de la quetiapina sobre los receptores adrenérgicos (alfa 1) puede explicar la hipotensión ortostática.
Farmacocinética: La actividad de quetiapina fumarato es debida, básicamente, a la droga original. La farmacocinética de dosis múltiples de quetiapina es proporcional a la dosis dentro del rango de la dosis única propuesta y la acumulación de quetiapina es predecible con la dosis múltiple. La eliminación de quetiapina se realiza principalmente por metabolismo hepático con una vida media terminal promedio de alrededor de 6 horas dentro del rango de la dosis clínica propuesta. Las concentraciones de la dosificación estado constante pueden ser alcanzadas en el plazo de dos días después del dosaje.
Absorción: Quetiapina fumarato se absorbe rápidamente después de la administración oral, alcanzando concentraciones plásmaticas pico en 1½ horas.
La biodisponibilidad es del 100% con respecto a la solución. La biodisponibilidad de quetiapina es poco afectada, por la administración con alimentos, estando los valores Cmax y AUC aumentados en un 25 y 15%, respectivamente.
Distribución: Quetiapina es ampliamente distribuida en todo el organismo con un aparente volumen de distribución de 10 + 4 L/kg. Un 83% es combinado con proteínas plasmáticas en concentraciones terapéuticas. In vitro, quetiapina no afecta la combinación de warfarina o diazepam con albúmina sérica humana. A su vez, ni la warfarina ni el diazepam alteran la combinación con quetiapina.
Metabolismo y eliminación: Después de única dosis oral de 14C- quetiapina, menos del 1% de la dosis administrada se excreta como droga inalterada, indicando que la quetiapina es altamente metabolizada. Aproximadamente el 73 y 20% de la dosis fue recuperada en orina y materia fecal, respectivamente.
Quetiapina es ampliamente metabolizada por el hígado. Las principales vías metabólicas son sulfoxidación al metabolito sulfóxido y oxidación con el metabolito del ácido original, siendo ambos metabolitos farmacológicamente inactivos. Los estudios in vitro revelaron que la isoenzima citocromo P450 3ª 4 está comprometida en el metabolismo de la quetiapina en su metabolito sulfóxido principal, pero inactivo.
Edad: La excreción oral de quetiapina estaba reducida en un 40% en pacientes ancianos de más de 65 años en comparación con pacientes jóvenes y puede ser necesario un ajuste de dosis.
Sexo: La farmacocinética de quetiapina no es afectada con el sexo.
Raza: No hay efectos por raza sobre la excreción oral de quetiapina.
Tabaquismo: El tabaquismo no ejerció ningún efecto sobre la excreción oral de quetiapina.
Insuficiencia renal: Los pacientes con insuficiencia severa renal, clearance entre 10-30 ml/min/1,73 m² presentaron una excreción oral media inferior de un 25% que los sujetos normales con clearance > 80 ml/min/1,73 m². Pero debido a que las concentraciones de quetiapina en plasma en los sujetos con insuficiencia renal estaban dentro del rango de concentraciones observadas en sujetos normales que recibieron la misma dosis. El ajuste de dosis no es necesario, por lo tanto en estos sujetos.
Insuficiencia hepática: Los pacientes con insuficiencia hepática debido al amplio metabolismo hepático de la droga pueden presentar niveles plasmáticos mayores por lo que puede ser necesario un ajuste de dosis.

Contraindicaciones

Quetiapina está contraindicado en pacientes que presentan hipersensibilidad conocida a esta medicación o cualquiera de sus excipientes.

Precauciones generales

Hipotensión ortostática: Quetiapina puede inducir hipotensión ortostática asociada con vértigo, taquicardia y en algunos pacientes, síncope, especialmente durante el período inicial de titulación de dosis debido probablemente a sus propiedades antagonistas alfa-1-adrenérgicas. L a hipotensión ortostática, los mareos y el síncope pueden ocasionar caídas.
Quetiapina debe usarse con especial precaución en pacientes con enfermedad cardiovascular conocida (historia de infarto de miocardio o cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca o alteraciones de la conducción), enfermedad cerebrovascular o condiciones que predispongan al paciente a la hipotensión (deshidratación, hipovolemia y tratamiento con medicamentos antihipertensivos). El riesgo de hipotensión ortostática y síncope puede ser minimizado mediante limitación de la dosis inicial a 25mg 2 veces por día. Si se produce hipotensión durante la titulación la dosis "objetivo", lo adecuado será un retorno a la dosis previa.
Aumento de la presión arterial en niños y adolescentes: En ensayos controlados con placebo en niños y adolescentes con esquizofrenia (6 semanas de duración) o trastorno bipolar (3 semanas de duración), la incidencia de los aumentos en cualquier momento de la presión arterial sistólica (≥ 20 mmHg) fue de 15,2% (51/335) para quetiapina y 5,5% (9/163) para placebo, la incidencia de los aumentos en cualquier momento de la presión arterial diastólica (≥ 10 mm Hg) fue de 40,6% (136/335) para quetiapina y 24,5% (40/163) para placebo. En la semana 26 de un ensayo clínico abierto, un niño con antecedentes de hipertensión sufrió una crisis hipertensiva. La presión arterial en niños y adolescentes deben ser medida al principio de, y periódicamente durante el tratamiento.
Leucopenia, neutropenia y agranulocitosis: En ensayos clínicos y en la experiencia post-comercialización, se han reportado eventos de leucopenia/neutropenia temporalmente relacionados con antipsicóticos atípicos, incluyendo quetiapina. También han sido reportados casos de agranulocitosis (incluyendo casos fatales).
Los posibles factores de riesgo para su desarrollo incluyen: Leucopenia/neutropenia preexistentes, bajo conteo de glóbulos blancos (leucocitos) e historia de empleo de drogas inductoras de leucopenia/ neutropenia. Los pacientes con un recuento bajo preexistente de glóbulos blancos o un historial de leucopenia/neutropenia inducida por drogas deben realizar un conteo sanguíneo completo y monitorizarse con frecuencia durante los primeros meses de la terapia y deberían suspender el empleo de quetiapina ante el primer signo de disminución de leucocitos en ausencia de otros factores causales.
Los pacientes con neutropenia deben ser cuidadosamente monitorizados para detectar síntomas como fiebre u otros signos de infección y deben ser tratados de inmediato si se producen. Los pacientes con neutropenia severa (recuento absoluto de neutrófilos < 1000/mm³) debe dejar de recibir quetiapina y deben ser controlados con hemogramas hasta su recuperación.
Cataratas: Se observó el desarrollo de cataratas en asociación con el tratamiento con quetiapina en estudios crónicos realizados en perros. Si bien se han observado cambios del cristalino en pacientes con tratamiento a largo plazo con quetiapina, pero no se ha establecido una relación causal con el uso de la misma. No obstante no puede excluirse por ahora la posibilidad de alteraciones. Por ello el examen del cristalino por métodos adecuados para el diagnóstico de formación de cataratas, tales como el examen con lámpara de hendidura u otros métodos sensibles apropiados, es recomendado al iniciarse el tratamiento o al poco tiempo después y con intervalos de 6 meses durante el tratamiento crónico.
Convulsiones: Durante los ensayos clínicos ocurrieron convulsiones en algunos de los pacientes tratados con quetiapina. Como con otros antipsicóticos, quetiapina debe ser empleada con cautela en pacientes con historias de convulsiones o con condiciones que potencialmente aminoran el umbral de convulsión, ejemplo enfermedad de Alzheimer. Las condiciones que reducen el umbral de convulsión pueden ser más prevalentes en la población de 65 años o mayores.
Hipotiroidismo: Los ensayos clínicos con quetiapina en adultos demostraron una reducción relacionada con la dosis de tiroxina total y libre (T4) de aproximadamente el 20% esta alteración se hacía aparente muy al inicio del tratamiento y se mantenía sin adaptación o progresión durante las terapias crónicas. Por lo general estos cambios no tienen significado clínico y la TSH estaba inalterada en la mayoría de los pacientes, aunque en el 0,4% (10/2386) de los pacientes con quetiapina experimentaron aumentos de TSH.
En ensayos clínicos controlados con placebo en niños y adolescentes con esquizofrenia (6 semanas de duración) o trastorno bipolar (3 semanas de duración), la incidencia de los cambios en los valores de la función tiroidea con potencial importancia clínica en cualquier momento, para los pacientes tratados con quetiapina y placebo el aumento de TSH fue de 2,9% (8/280) frente a 0,7% (1/138), respectivamente, y la disminución de tiroxina total fue de 2,8% (8/289) frente a 0% (0/145, respectivamente). De los pacientes tratados con quetiapina y niveles elevados de TSH, 1 presentaba simultáneamente bajo nivel de T4 libre al final del tratamiento.
Hiperprolactinemia: Durante los ensayos clínicos en adultos tratados con quetiapina, la incidencia de cambios en los niveles de prolactina en un valor clínico significativo, ocurrió en el 3,6% (158/4416) de los pacientes tratados con quetiapina en comparación con el 2,6% (51/1968) en el grupo placebo.
En ensayos controlados con placebo en niños y adolescentes con trastorno bipolar (3 semanas de duración) o esquizofrenia (6 semanas de duración), la incidencia de cambios en los niveles de prolactina en un valor clínicamente significativa (> 20 mg/L en hombres y > 26 mg/L en mujeres en cualquier momento) fue de 13,4% (18/134) en el grupo tratado con quetiapina en comparación con el 4% (3/75) en el grupo tratado con placebo en hombres y 8,7% (9/104) versus 0% (0 / 39) respectivamente en las mujeres.
Al igual que otras drogas que antagonizan los receptores de dopamina D2, quetiapina eleva los niveles de prolactina en algunos pacientes y la elevación puede persistir durante la administración crónica. La hiperprolactinemia, independientemente de la etiología, puede suprimir la GnRH hipotalámica, resultando en la reducción de la secreción de gonadotrofina pituitaria. Esto, a su vez, puede inhibir la función reproductora al alterar la esteroidogénesis gonadal, tanto en pacientes mujeres como en hombres.
Síntomas como: galactorrea, amenorrea, ginecomastia e impotencia han sido reportados en pacientes tratados con compuestos elevar la prolactina. La hiperprolactinemia de larga data cuando se asocia con hipogonadismo puede conducir a la disminución de la densidad ósea tanto en sujetos femeninos como masculinos.
Experimentos de cultivo de tejidos indican que aproximadamente un tercio de los cánceres de mama humanos son dependientes de prolactina in vitro, un factor de importancia potencial si la prescripción de estos fármacos se considera en un paciente con cáncer de mama detectado previamente. Como es común con los compuestos que aumentan la liberación de prolactina, en estudios de carcinogenicidad realizados en ratones y ratas se observaron tumores de la glándula mamaria y cáncer de células de islote pancreático (adenocarcinomas de mama, hipófisis y adenomas del páncreas). Ni los estudios clínicos ni los estudios epidemiológicos realizados hasta la fecha han mostrado una asociación entre la administración crónica de esta clase de drogas y carcinogénesis en humanos, pero la evidencia disponible es demasiado limitada para ser concluyente.
Aumentos de transaminasas: Se ha demostrado elevaciones asintomáticas, transitorias y reversibles de transaminasas en suero (primariamente ALT).
Estos aumentos de enzimas hepáticas ocurrieron, habitualmente, en el plazo de las primeras tres semanas del tratamiento con la droga y rápidamente volvieron a los niveles de pre-estudio con la continuación del tratamiento con quetiapina.
Alteraciones de la esfera cognitiva y motora: Comunmente se informó sobre la producción de somnolencia que es un efecto adverso en pacientes tratados con quetiapina, especialmente durante el período de 3-5 días de titulación de la dosis inicial. Dado que quetiapina tiene potencial para afectar el juicio, ideación o habilidades motoras, los pacientes deben ser advertidos sobre la realización de actividades que requieran alerta mental, tal como manejar vehículos u operar maquinarias hasta que estén razonablemente seguros que la terapia con quetiapina no los afecta en sentido adverso. La somnolencia puede derivar en caídas.
Priapismo: Se ha informado sobre un caso de priapismo en un paciente medicado con quetiapina previo a su introducción al mercado. Debido a que las drogas bloqueantes alfa adrenérgicas pueden producir priapismo es posible que por este efecto la quetiapina pueda producirlo. El priapismo sevro puede requerir intervención quirúrgica.
Regulación de la temperatura corporal: Si bien no esta determinado que quetiapina puede impedir la capacidad de reducir la temperatura corporal. Se aconseja ser cauteloso cuando se receta quetiapina en pacientes que experimentan condiciones que pueden contribuir a un aumento de la temperatura corporal central, es decir, mediante ejercitación persistente, exposición a calor extremo, recepción de medicación concomitante con actividad anticolinérgica, o estando sometido a deshidratación.
Disfagia: Síntomas como dismotilidad esofágica y aspiración han sido asociados con el uso de drogas antipsicóticas. La neumonía por aspiración es una causa frecuente de morbilidad y mortalidad en pacientes de edad avanzada, en particular aquellos con Alzheimer avanzado. Quetiapina y otras drogas antipsicóticas deben ser usadas cautelosamente en pacientes con riesgo de neumonía por aspiración.
Suicidio: La posibilidad de un intento suicida es inherente a estos trastornos psiquiátricos y la estrecha supervisión de los pacientes con alto riesgo ha de acompañar la terapia con la droga. La prescripción de quetiapina debe ser hecha con la menor cantidad posible de comprimidos necesarios para el buen manejo del paciente, a fin de reducir el riesgo de sobredosis.
Uso en pacientes con enfermedades concomitantes: La experiencia clínica con quetiapina en pacientes con ciertas enfermedades sistémicas concomitantes es limitada.
Quetiapina no ha sido evaluada o utilizada de forma apreciable en los pacientes con antecedentes recientes de infarto de miocardio o enfermedad cardiaca inestable. Los pacientes con estos diagnósticos fueron excluidos de los estudios previos a la comercialización clínica. Debido al riesgo de hipotensión ortostática con quetiapina, se debe tener precaución en pacientes cardíacos.
En los ensayos clínicos, quetiapina no se asoció con un aumento persistente en los intervalos QT absolutos. Sin embargo, en la experiencia post-comercialización se reportaron casos de prolongación del intervalo QT en los pacientes con sobredosis de quetiapina, en pacientes con enfermedades concomitantes, y en pacientes que tomaban otros fármacos que produjeran un desequilibrio electrolítico o aumentar el intervalo QT. Se debe tener precaución cuando se prescriba quetiapina en pacientes con enfermedad cardiovascular o antecedentes familiares de prolongación del intervalo QT. También se debe tener precaución cuando se prescriba quetiapina junto con medicamentos que causan un desequilibrio electrolítico o aumenten el intervalo QT o concomitante con neurolépticos, especialmente para los pacientes con mayor riesgo de prolongación del intervalo QT, es decir, los ancianos, los pacientes con síndrome congénito de QT prolongado, insuficiencia cardiaca congestiva, hipertrofia cardiaca, hipocalemia o hipomagnesemia.
Retiro de la droga: Se han descripto síntomas de abstinencia aguda, tales como insomnio, náuseas y vómitos después de la interrupción brusca de los fármacos antipsicóticos atípicos, incluyendo quetiapina. En ensayos clinicos de corto plazo con quetiapina de liberción prolongada controlados con placebo que incluían una fase de interrupción, se evaluaron los síntomas de la misma. La incidencia global de pacientes que experimentaron uno o más síntomas de retirada tras la interrupción brusca fue de 12,1% (241/1993) para quetiapina de liberación prolongada y 6,7% (71/1065) para el placebo. La incidencia de los eventos adversos individuales (es decir, insomnio, náuseas, dolor de cabeza, diarrea, vómitos, mareos e irritabilidad) no superó el 5,3% en cualquier grupo de tratamiento y generalmente se resolvieron después de una semana post-interrupción. Se aconseja la retirada gradual de las dosis del producto.
Advertencias:
Psicosis: Los pacientes añosos con demencia relacionada a psicosis que son tratados con antipsicoticos atípicos presentan un aumento del riesgo de muerte entre 1,6 y 1,7% mayor comparado con el que se observa en los pacientes tratados con placebo.
Por lo tanto quetiapina no se encuentra indicada para el tratamiento de la demencia relacionada con psicosis.
Empeoramiento clínico y riesgo de suicidio: Los pacientes con trastorno depresivo mayor (MDD, por sus siglas en inglés), tanto adultos como pediátricos, pueden experimentar un empeoramiento de su depresión y/o la aparición de pensamientos y conducta suicida (tendencia suicida) o cambios inusuales en el comportamiento, ya sea que estén tomando medicamentos antidepresivos o no, y este riesgo puede persistir hasta que haya una remisión significativa. Ha habido una preocupación de largos años acerca de que los antidepresivos pueden inducir el empeoramiento de la depresión y la aparición de una tendencia suicida en determinados pacientes.
Los análisis combinados de ensayos controlados con placebo a corto plazo de fármacos antidepresivos (ISRS y otros) demostraron que estos fármacos aumentan el riesgo de pensamientos y conductas suicidas (tendencia suicida) en niños, adolescentes y adultos jóvenes (de 18 a 24 años de edad) con trastorno depresivo mayor (MDD) y otros trastornos psiquiátricos.
Los estudios a corto plazo no mostraron un aumento en el riesgo de suicidio asociado a antidepresivos en comparación con placebo en adultos más allá de los 24 años y hubo una reducción del riesgo con antidepresivos en comparación con el placebo en adultos mayores de 65 años.
Los antidepresivos incrementaron el riesgo de pensamiento y conducta suicida (tendencia suicida) en estudios de corto plazo en niños y adolescentes con trastorno depresivo grave (MDD) y otros trastornos psiquiátricos.
Los análisis combinados de estudios de corto plazo controlados con placebo de 9 fármacos antidepresivos (ISRS y otros) en niños y adolescentes con MDD, OCD (trastorno obsesivo compulsivo), u otros trastornos psiquiátricos (un total de 24 estudios con más de 4400 pacientes) han revelado un mayor riesgo de eventos adversos que representan comportamiento o pensamiento suicida (tendencia suicida) durante los primeros meses de tratamiento en aquellos que recibían antidepresivos.
El riesgo promedio de tales eventos en pacientes que recibían antidepresivos fue del 4%, dos veces el riesgo con placebo, que fue del 2%. Hubo una variación considerable en el riesgo entre los fármacos, pero también una tendencia al aumento para casi todos los fármacos estudiados. El riesgo de tendencia suicida se observó más firmemente en los estudios de MDD, pero hubo también señales de riesgo en algunos estudios de otras indicaciones psiquiátricas (trastorno obsesivo compulsivo y trastorno de ansiedad social). No ocurrió ningún suicidio en ninguno de estos estudios. Se desconoce si el riesgo de tendencia suicida en pacientes pediátricos se extiende al uso a largo plazo, es decir, después de varios meses. También se desconoce si el riesgo de tendencia suicida se extiende a los adultos.
Se debe observar de cerca a todos los pacientes tratados con antidepresivos para cualquier indicación, en cuanto al empeoramiento clínico, la tendencia suicida, y cambios inusuales en el comportamiento, especialmente durante los meses iniciales de un tratamiento con un fármaco, o en los momentos de cambios de dosis, ya sean aumentos o disminuciones.
Los siguientes síntomas, ansiedad, agitación, ataques de pánico, insomnio, irritabilidad, hostilidad, agresividad, impulsividad, acatisia (inquietud psicomotora), hipomanía, y manía, han sido informados en pacientes adultos y psiquiátricos tratados con antidepresivos por trastorno depresivo grave como también por otras indicaciones, tanto psiquiátricas como no psiquiátricas. Aunque no se ha establecido una vinculación causal entre la aparición de tales síntomas y el empeoramiento de la depresión y/o la aparición de impulsos suicidas, existe la preocupación de que tales síntomas puedan ser precursores de la aparición de la tendencia suicida.
Se debe considerar el cambio del régimen terapéutico, incluyendo posiblemente la discontinuación del medicamento, en los pacientes cuya depresión es persistentemente peor, o que están experimentando la aparición de una tendencia suicida o síntomas que podrían ser precursores de un empeoramiento de la depresión o de tendencia suicida, particularmente si estos síntomas son severos, abruptos en su aparición, o no eran parte de los síntomas de presentación del paciente.
Si se ha tomado la decisión de discontinuar el tratamiento, se debe ir disminuyendo el medicamento, tan rápido como sea posible, pero sabiendo que la discontinuación abrupta puede estar asociada a determinados síntomas.
Las familias y los cuidadores de los pacientes pediátricos que son tratados con antidepresivos por trastorno depresivo grave u otras indicaciones, tanto psiquiátricas como no psiquiátricas, deben ser alertados acerca de la necesidad de controlar a los pacientes respecto a la aparición de agitación, irritabilidad, cambios inusuales en la conducta, y de los otros síntomas descriptos anteriormente, así como la aparición de tendencia suicida, y de informar tales síntomas inmediatamente a los profesionales de la salud. El control debe incluir una observación diaria por parte de los familiares y cuidadores.
Las prescripciones deben ser realizadas por la menor cantidad de comprimidos compatible con un buen manejo del paciente, para reducir el riesgo de sobredosis. También se debe informar de forma similar a los familiares y cuidadores de los adultos tratados por depresión.
Selección de pacientes con trastorno bipolar: Un episodio depresivo mayor puede ser la presentación inicial del trastorno bipolar. En general se cree (aunque no esté establecido en ensayos controlados) que el tratamiento de tal episodio con un antidepresivo solo puede aumentar la probabilidad de precipitación de un episodio mixto/maníaco en pacientes con riesgo de trastorno bipolar. Sin embargo, si alguno de los síntomas descritos anteriormente representa tal conversión es desconocido. Sin embargo, antes de iniciar el tratamiento con un antidepresivo, los pacientes con síntomas depresivos deben ser examinados adecuadamente para determinar si están en riesgo de padecer trastorno bipolar, esta evaluación debe incluir una historia psiquiátrica detallada, incluyendo antecedentes familiares de suicidio, trastorno bipolar y depresión . Cabe señalar que quetiapina está aprobada para uso en el tratamiento de la depresión bipolar del adulto.
Síndrome neuroléptico maligno (SNM): Es un complejo sintomático fatal que se puede presentar en asociación con la administración de drogas psicóticas. Las manifestaciones clínicas de SNM son hiperpirexia, rigidez muscular, estado mental alterado y evidencia de inestabilidad autonómica (pulso irregular o de la presión sanguínea, taquicardia, diaforesis y disrritmia cardíaca).
Otros signos adicionales pueden incluir CPK elevada, mioglobinuria (rabdomiolisis) e insuficiencia renal aguda.
La evaluación clínica de pacientes con este síndrome es complicada. Para llegar a un diagnóstico, es importante excluir casos en los que la presentación clínica incluye tanto enfermedad médica seria (es decir, neumonía, infección sistémica, etc.) y signos y síntomas extrapiramidales (SEP) no tratados o inadecuadadmente tratados. Otras consideraciones importantes en los diferentes diagnósticos diferenciales incluyen toxicidad anticolinérgica central, golpe de calor, fiebre por drogas, y patología primaria del sistema nervioso central (SNC).
El manejo del SNM debe incluir: 1) Discontinuación inmediata de drogas antipsicóticas y otras drogas no esenciales para la terapia concurrente; 2) Tratamiento sintomático intensivo y monitoreo médico; 3) Tratamiento de cualquier problema médico serio concominante para el que se disponga de tratatamientos específicos. No existe un protocolo establecido para el tratamiento del SNM.
Si un paciente requiriera tratamiento antipsicótico después de la recuperación del SNM, la potencial reintroducción de la terapia con medicamentos debe ser cuidadosamente considerada. El paciente debe ser cuidadosamente monitoreado debido a que se han reportado recurrencias del SNM.
Hiperglucemia y diabetes mellitus: Se ha informado hiperglucemia, en algunos casos extrema y asociada a cetoacidosis o coma hiperosmolar o muerte, en pacientes tratados con antipsicóticos atípicos, incluyendo Quetiapina. La evaluación de la relación entre el uso de antipsicóticos atípicos y anormalidades en la glucosa se complica por la posibilidad de un mayor riesgo de diabetes mellitus en pacientes con esquizofrenia y la creciente incidencia de diabetes mellitus en la población general. Dados estos factores de confusión, la relación entre el uso de antipsicóticos atípicos y los eventos adversos relacionados con hiperglucemia no se comprende por completo. Sin embargo, los estudios epidemiológicos indican un mayor riesgo de eventos adversos relacionados con hiperglucemia emergentes del tratamiento en pacientes tratados con antipsicóticos atípicos. No están disponibles las estimaciones precisas del riesgo por eventos adversos relacionados con hiperglucemia en pacientes tratados con antipsicóticos atípicos.
Los pacientes con un diagnóstico establecido de diabetes mellitus que están comenzando tramiento con antipsicóticos atípicos deben ser monitoreados de forma regular en cuanto al empeoramiento del control de la glucemia. Los pacientes con factores de riesgo para diabetes mellitus (por ej., obesidad, antecedentes familiares de diabetes) que están empezando el tratamiento con antipsicóticos atípicos deben someterse a un análisis de glucemia en ayunas al comienzo del tratamiento y de forma periódica durante el mismo. Todo paciente tratado con antipsicóticos atípicos debe ser monitoreado en cuanto a síntomas de hiperglucemia incluyendo polidipsia, poliuria, polifagia, y debilidad. Los pacientes que manifiestan síntomas de hiperglucemia durante el tratamiento con antipsicóticos atípicos deben realizarse análisis de glucemia en ayunas. En algunos casos, la hiperglucemia se ha resuelto al discontinuar el antipsicótico atípico; no obstante, algunos pacientes necesitaron continuar con un tratamiento antidiabético a pesar de la discontinuación del fármaco bajo sospecha.
Hiperlipidemia: Se han observado alteraciones de los lípidos (colesterol total, triglicéridos, LDL y HDL) con el uso de quetiapina. Se recomienda la monitorización clínica, incluyendo los valores basales y evaluaciones periódicas de los lípidos en pacientes tratados con quetiapina.
Aumento de peso: Se han observado aumento de peso en los ensayos clínicos. Los pacientes que recibieron quetiapina deberán someterse a controles regulares de peso. En el tratamiento de pacientes pediátricos con quetiapina para cualquier indicación, el aumento de peso debe considerarse si es el que se espera en relación al crecimiento normal.
Discinesia tardía: Este síndrome, constituido por movimientos individuales involuntarios y disquineticos potencialmente irreversibles, puede desarrollarse en pacientes tratados con drogas antipsicóticas. Si bien el cuadro se presenta preferentemente en ancianos y especialmente en mujeres. No hay signos que posibiliten detectar cuales serán los pacientes que desarrollaran el síndrome.
Se cree que el riesgo de desarrollar discinesia tardía y la probabilidad de hacerse irreversible aumenta con la duración del tratamiento y la dosis total acumulada de drogas antipsicóticas administradas al paciente. Sin embargo el síndrome también puede aparecer, si bien con mucho menos frecuencia, después de breves períodos de tratamiento con dosis bajas.
No hay un tratamiento conocido para el síndrome, si bien el mismo puede remitir, en forma parcial o completa, si se discontinúa el tratamiento antipsicótico. Al suprimir el tratamiento pueden surgir síntomas de la enfermedad subyacente. El efecto que la supresión sintomática posee sobre el curso a largo plazo del síndrome es desconocido.
Quetiapina debe ser prescripta de forma que presente la mayor probabilidad de reducir al mínimo la ocurrencia de discinesia tardía. El tratamiento antipsicótico crónico debe ser reservado por lo general para pacientes que parecen afectados de una enfermedad crónica que (1) se sabe responde a drogas antipsicóticas y (2) para los cuales no existen tratamientos alternativos, igualmente efectivos, pero potencialmente menos lesivos. En pacientes que requieren tratamiento crónico, se debe buscar la dosis más pequeña y la menor duración de tratamiento que produzca una respuesta clínica sastifactoria. La necesidad de un tratamiento continuo debe ser nuevamente determinado periódicamente.
Si en un paciente que se encuentra recibiendo terapia con quetiapina aparecieran signos y síntomas de discinesia tardía, debe ser considerada la interrupción del tratamiento. Sin embargo, algunos pacientes pueden requerir tratamiento con quetiapina a pesar de la presencia del síndrome.
Este medicamento contiene como excipiente almidón 12,00 mg. Los enfermos celíacos deben consultar con su médico antes de utilizarlo.
Pediatría: En general, las reacciones adversas observadas en los niños y adolescentes durante los ensayos clínicos fueron similares a los de la población adulta con pocas excepciones. El aumento de la presión arterial sistólica y diastólica se produjo en niños y adolescentes y no se produjo en los adultos. La hipotensión ortostática se produjo con más frecuencia en adultos (4-7%) en comparación con los niños y adolescentes (< 1%).
Esquizofrenia: La eficacia y seguridad de quetiapina en el tratamiento de la esquizofrenia en adolescentes de 13 a 17 años se demostró en un estudio de 6 semanas de duración, doble ciego, controlado con placebo.
La seguridad y eficacia de quetiapina en pacientes pediátricos menores de 13 años de edad con esquizofrenia no se han establecido.
Mantenimiento: La seguridad y eficacia de quetiapina en el tratamiento de mantenimiento del trastorno bipolar no se ha establecido en pacientes pediátricos menores de 18 años de edad. La seguridad y la eficacia de quetiapina en el tratamiento de mantenimiento de la esquizofrenia no se ha establecido en cualquier población de pacientes, incluyendo pacientes pediátricos.
Episodio maníaco del trastorno bipolar: La eficacia y seguridad de quetiapina en el tratamiento de la manía en niños y adolescentes de 10 a 17 años con trastorno bipolar se demostró en un ensayo clínico de 3 semanas de duración, doble ciego, controlado con placebo.
La seguridad y eficacia de quetiapina en pacientes pediátricos menores de 10 años de edad con trastorno bipolar no se han establecido.
Episodio depresivo del trastorno bipolar: La seguridad y eficacia de quetiapina en pacientes pediátricos menores de 18 años de edad con depresión bipolar no se han establecido.
Algunas diferencias en la farmacocinética de quetiapina se observaron entre los niños, adolescentes (10 a 17 años de edad) y adultos. Cuando se ajustó por peso, las AUC y la Cmax de quetiapina fueron del 41% y 39% menores, respectivamente, en los niños, niñas y adolescentes en comparación con los adultos. La farmacocinética del metabolito activo norquetiapina, fue similar entre los niños/adolescentes y adultos después de ajustar la dosis de acuerdo al peso.
Geriatría: De los aproximadamente 3.700 pacientes que se estudiaron en ensayos clínicos con quetiapina, el 7% (232) tenían 65 años de edad o más. En general, no hubo diferencias de tolerabilidad de quetiapina en los ancianos en comparación con los adultos más jóvenes. Sin embargo, la presencia de factores que pueden disminuir el aclaración o aumentar la respuesta farmacodinámica de quetiapina, o causar peor tolerancia al ortostatismo, debería llevar a la consideración de una dosis inicial más baja, menor titulación, y una monitorización cuidadosa durante el período inicial de la dosificación en ancianos. El aclaramiento plasmático medio de quetiapina se redujo en un 30% a 50% en pacientes de edad avanzada en comparación con pacientes más jóvenes.

Restricciones en el embarazo y la lactancia

Embarazo: Las pacientes deben avisar a su médico si se encuentran embarazadas o intentan embarazarse durante el tratamiento.
Categoría C de la FDA.
El potencial teratogénico de la quetiapina ha sido estudiado en ratas Wistar y en Conejos Dutch Belted durante el período de organogénesis. No se detectó evidencia teratogénica en ratas a dosis de 25 a 200 mg/kg o a 0.3 a 2.4 veces la dosis humana máxima en una base mg/m² o en conejos en 25 a 100 mg/kg o a 0.6 a 2.4 veces la dosis humana máxima en la proporción mg/m². No se presentaron sin embargo, evidencias de una toxicidad embrio/fetal. Se detectaron demoras en la osificación ósea en los fetos de las ratas a dosis de 50 y 200 mg/kg (0.6 y 2.4 veces la dosis humana máxima en la proporción mg/m²) y en conejos a 50 y 100 mg/kg (1.2 y 2.4 veces la dosis humana máxima en la proporción mg/m² para ambas especies).
La evidencia de toxicidad materna (por ejemplo una disminución en el peso corporal y/o el deceso) fue observado a altas dosis en un estudio en ratas y en todas las dosis en los estudios en conejos.
En un estudio reproductivo peripostnatal en ratas, no se observaron efectos relacionados con las drogas a dosis de 1,10 y 20 mg/kg o 0.01, 0.12 y 0.24 veces la dosis máxima humana en la proporción mg/m². Sin embargo, en un estudio preliminar pre-post natal, se encontraron incrementos en las muertes fetales o de recién nacidos y disminuciones en el peso medio de las crías a 150 mg/kg, o 2.3 veces la dosis máxima humana en la proporción mg/m².
No existen estudios adecuados y bien controlados en mujeres embarazadas, y las mujeres embarazadas deben ser administradas quetiapina únicamente si el beneficio potencial justifica el riesgo potencial al feto.
Trabajo de parto y parto: Se desconoce cual es el efecto de quetiapina sobre el trabajo de parto y el parto en humanos.
Lactancia: Quetiapina fue excretado en la leche de los animales tratados durante la lactancia. No se sabe si quetiapina se excreta en la leche humana. Se recomienda que las mujeres que se encuentren siendo administradas con quetiapina no den de mamar.

Reacciones secundarias y adversas

Adultos: La siguiente información se deriva de una base de datos de ensayos clínicos con quetiapina que incluyeron más de 4300 pacientes. Esta base de datos incluye 698 pacientes expuestos a quetiapina para el tratamiento de la depresión bipolar, 405 pacientes expuestos a quetiapina para el tratamiento de la manía aguda bipolar (monoterapia y terapia adjunta), 646 pacientes expuestos a quetiapina para el tratamiento de mantenimiento del trastorno bipolar como terapia adjunta y aproximadamente 2600 pacientes y/o sujetos normales expuestos a 1 o más dosis de quetiapina para el tratamiento de la esquizofrenia.
Las frecuencias declaradas de reacciones adversas representan la proporción de personas que, al menos una vez, presentaron una reacción adversa al tratamiento del tipo listada. Una reacción fue considerada como relacionada al tratamiento si se produjo por primera vez o empeoró mientras el paciente recibía terapia.
Incidencia de reacciones adversas en ensayos a corto plazo, controlados con placebo en adultos: Reacciones adversas asociadas con la interrupción del tratamiento en ensayos controlados con placebo a corto plazo:
Esquizofrenia: En general, hubo poca diferencia en la incidencia de reacciones adversas debidas a la interrupción del tratamiento (4% con quetiapina frente a 3% con placebo) en un conjunto de ensayos controlados. Sin embargo, suspensiones debidas a somnolencia (0,8% con quetiapina versus 0% con placebo) e hipotensión (0,4% con quetiapina versus 0% con placebo ) fueron consideradas como relacionadas a las drogas.
Trastorno bipolar:
Manía: En general, las suspensiones debidas a reacciones adversas fueron 5,7% para quetiapina frente al 5,1% para placebo en monoterapia y 3,6% para quetiapina vs 5,9% para placebo en terapia concomitante.
Depresión: En general, las suspensiones debidas a reacciones adversas fueron 12,3% para quetiapina 300 mg vs 19,0% para quetiapina 600 mg y 5,2% para placebo.
Reacciones adversas comúnmente observadas en ensayos controlados con placebo a corto plazo:
En la terapia aguda de la esquizofrenia (hasta 6 semanas) y estudios con pacientes maníacos con trastorno bipolar (hasta 12 semanas), las reacciones adversas más comúnmente observadas asociadas con el uso de quetiapina en monoterapia (incidencia del 5% o mayor) y al menos dos veces más frecuentes que con placebo fueron: somnolencia (18%), mareos (11%), boca seca (9%), constipación (8%), aumento de ALT (5%), ganancia de peso (5%) y dispepsia (5%).
Reacciones adversas que ocurrieron con una incidencia de 1% o más en ensayos controlados con placebo a corto plazo:
Las cifras citadas, proporcionan una base para estimar la contribución relativa las drogas y otros factores relacionados a la incidencia de efectos secundarios en la población estudiada.
La siguiente tabla enumera la incidencia, en porcentajes, de reacciones adversas que ocurrieron durante la terapia aguda de la esquizofrenia (hasta 6 semanas) y de los episodios maníacos del trastorno bipolar (hasta 12 semanas) en 1% o más de los pacientes tratados con quetiapina (dosis que oscilaron entre 75 a 800 mg/día) donde la incidencia en los pacientes tratados con quetiapina fue mayor que la incidencia en los pacientes tratados con placebo.
Incidencia de reacciones adversas relacionadas al tratamiento de la esquizofrenia y la manía en el trastorno bipolar (monoterapia) durante 3 a 12 semanas en ensayos clínicos controlados con placebo1:

Sistema u órganoQuetiapina
(n=719)
Placebo (n=404)
Generales
Cefalea21%14%
Dolor7%5%
Astenia5%3%
Dolor abdominal4%1%
Dolor de espalda3%1%
Fiebre2%1%
Sistema cardiovascular
Hipotensión postural4%1 %
Taquicardia6 %4 %
Sistema digestivo
Constipación8%3%
Sequedad de boca9%3%
Vómitos6%5%
Dispepsia5%1%
Gastroenteritis2%0%
Aumento de GGT1%0%
Desórdenes metábolicos y nutricionales
Aumento de peso5%1%
Aumento de ALT5%1%
Aumento de AST3%1%
Sistema nervioso
Agitación20%17%
Somnolencia18%8%
Mareos11%5%
Ansiedad4%3%
Sistema respiratorio
Faringitis4%3%
Rinitis3 %1 %
Piel y apéndices
Rash4%2%
Órganos de los sentidos
Ambliopía2%1%

1 Las reacciones para las que la incidencia en el grupo tratado con quetiapina fue igual o menor que el placebo no se enumeran en la tabla, pero fueron los siguientes: lesiones accidentales, acatisia, dolor de pecho, aumento de la tos, depresión, diarrea, síndrome extrapiramidal, hostilidad, hipertensión, hipertonía, hipotensión, aumento del apetito, infección, insomnio, leucopenia, malestar general, náuseas, nerviosismo, parestesias, edema periférico, sudoración, temblores y pérdida de peso.

En los estudios con pacientes maníacos con trastorno bipolar y tratamiento conjunto agudo (hasta 3 semanas), las reacciones adversas más comúnmente observadas asociadas con el uso de quetiapina (incidencia del 5% o mayor) y al menos dos veces más frecuentes que con placebo fueron: somnolencia (34%), seca boca (19%), astenia (10%), constipación (10%), dolor abdominal (7%), hipotensión postural (7%), faringitis (6%) y ganancia de peso (6%).
La siguiente tabla enumera la incidencia, en porcentajes, de las reacciones adversas que ocurrieron durante el tratamiento agudo (hasta 3 semanas) de la manía en 1% o más de los pacientes tratados con quetiapina (en dosis que oscilaron entre 100 a 800 mg/día) utilizando como terapia adjunta litio y divalproex donde la incidencia en los pacientes tratados con quetiapina fue mayor que la incidencia en los pacientes tratados con placebo.
Incidencia de reacciones adversas relacionadas al tratamiento de la manía en el trastorno bipolar (terapia combinada) durante 3 a 12 semanas en ensayos clínicos controlados con placebo1:

Sistema u órganoQuetiapina
(n=196)
Placebo
(n=203)
Generales
Cefalea17%13%
Astenia10%4%
Dolor abdominal7%3%
Dolor de espalda5%3%
Alteraciones hormonales3%0%
Pesadez2%1%
Infección2%1%
Fiebre2%1%
Rigidez de cuello1%0%
Sistema cardiovascular
Hipotensión postural7%2%
Hipotensión3%1%
Hipertensión2%1%
Taquicardia2%1%
Hemorragia1%0%
Sistema digestivo
Constipación10%5%
Sequedad de boca19%3%
Dispepsia4%3%
Aumento del apetito2%1%
Flatulencias1%0%
Trastornos gastrointestinales1%0%
Trastornos endócrinos
Hipotiroidismo2%1%
Hemáticos y linfáticos
Linfadenopatía1%0%
Desórdenes metábolicos y nutricionales
Aumento de peso6%3%
Edema periférico4%2%
Músculo-esqueléticos
Fasciculaciones4%1%
Alteraciones articulares1%0%
Sistema nervioso
Agitación6%4%
Somnolencia34%9%
Mareos9%6%
Tremor8%7%
Hipertonía4%3%
Depresión3%2%
Trastornos del habla3%1%
Incoordinación2%1%
Alteración del pensamiento2%0%
Ansiedad2%0%
Ataxia2%0%
Sistema respiratorio
Faringitis6%3%
Rinitis4%2%
Sinusitis2%1%
Piel y apéndices
Sudoración2%1%
Órganos de los sentidos
Ambliopía3%2%
Trastornos auditivos1%0%
Otalgia1%0%
Urogenitales
Infección del tracto urinario2%1%
Galactorrea1%0%
Impotencia1%0%
Trastornos del tracto urinario1%0%

1 Las reacciones para las que la incidencia en el grupo tratado con quetiapina fue igual o menor que el placebo no se enumeran en la tabla, pero fueron los siguientes: acatisia, diarrea, insomnio, náuseas, lesiones accidentales, dolor de pecho, edema facial, síndrome gripal, electrocardiograma anormal, vómitos, gastritis, aumento de GPT, pérdida de peso, nerviosismo, parestesia, síndrome extrapiramidal, confusión, aumento de la tos, rash e incontinencia urinaria.

En estudios de depresión bipolar (de hasta 8 semanas de duración), las reacciones adversas emergentes asociadas con el uso de quetiapina (incidencia del 5% o mayor) y al menos dos veces más frecuentes que con placebo fueron: somnolencia (57%), boca seca (44%), mareos (18%), constipación (10%) y letargo (5%).
La siguiente tabla enumera en porcentajes, la incidencia de reacciones adversas que ocurrieron en relación al tratamiento durante la terapia (hasta 8 semanas) de la depresión bipolar en 1% o más de los pacientes tratados con quetiapina (en dosis de 300 y 600 mg/día), donde la incidencia en los pacientes tratados con quetiapina fue mayor que la incidencia en los pacientes tratados con placebo.
Incidencia de reacciones adversas relacionadas al tratamiento de la depresión en el trastorno bipolar durante 8 semanas en ensayos clínicos controlados con placebo1:

Sistema u órganoQuetiapina
(n=698)
Placebo
(n=347)
Sistema cardiovascular
Palpitaciones4%1%
Taquicardia1%0%
Sistema digestivo
Constipación10%4%
Sequedad de boca44%13%
Vómitos5%4%
Dispepsia7%4%
Reflujo gastroesofágico2%1%
Disfagia2%0%
Generales y del sitio de administración
Fatiga10%8%
Astenia2%1%
Lesiones, envenenamiento y
complicaciones del procedimiento
Injuria1%0%
Desórdenes metábolicos y nutricionales
Aumento de peso4%1%
Aumento del apetito5%3%
Músculo-esqueléticos y del tejido conectivo
Artralgia3%2%
Dolor en las extremidades2%1%
Sistema nervioso
Somnolencia257%15%
Mareos18%7%
Letargia5%2%
Acatisia4%1%
Trastornos extrapiramidales3%1%
Parestesias3%2%
Disartria3%0%
Hipersomnia3%0%
Tremor2%1%
Síndrome de las piernas inquietas2%0%
Trastornos del equilibrio2%1%
Hipoestesia2%1%
Distonía1%0%
Vértigo postural1%0%
Disquinesia1%0%
Disgeusia1%0%
Trastornos psiquiátricos
Irritabilidad3%1%
Sueños anormales2%1%
Estado confusional1%0%
Sistema respiratorio, torácico y mediastinal
Congestión nasal5%3%
Tos3%1 %
Congestión de los senos2%1%
Trastornos vasculares
Hipotensión ortostática4%3%
hipertensión1%0%
Órganos de los sentidos
Visión borrosa4%0%

1 Las reacciones para las que la incidencia en el grupo tratado con quetiapina fue igual o menor que con placebo no se enumeran en la tabla, pero fueron los siguientes: náuseas, infección del tracto respiratorio superior, cefalea, zumbido de oídos, diarrea, flatulencia, dolor de muelas, malestar estomacal, dolor abdominal, fiebre, edema periférico, bronquitis, nasofaringitis, gripe, gastroenteritis viral, sobredosis accidental, disminución del apetito, dolor de espalda, espasmos musculares, mialgia, calambres musculares, insomnio, ansiedad, pesadillas, disminución de la libido, ideación suicida, polaquiuria, disnea,. dolor faringolaríngeo, sudores nocturnos y sofocos.
2 Somnolencia combina los términos somnolencia y sedación.

Exploraciones para interacciones sobre la base de la raza, el género y la edad no revelaron ninguna diferencia clínicamente significativa en la aparición de reacciones adversas sobre la base de estos factores demográficos.
Reacciones adversas dependientes de la dosis en ensayos a corto plazo, controlados con placebo:
Reacciones adversas relacionadas con las dosis: Datos de reacciones adversas espontáneamente generados en un estudio clínico de pacientes con esquizofrenia que comparó cinco dosis fijas de quetiapina (75 mg, 150 mg, 300 mg, 600 mg y 750 mg/día) con placebo fueron relacionados con la dosis administrada. Los análisis de regresión logística revelaron una respuesta positiva de dosis (p < 0,05) para las siguientes reacciones adversas: dispepsia, dolor abdominal y ganancia de peso.
Reacciones adversas en ensayos clínicos con quetiapina y no aparecen en otros lugares del prospecto:
También se han reportado las siguientes reacciones adversas con quetiapina: pesadillas, hipersensibilidad y elevaciones en suero creatinfosfocinasa (no asociado a síndrome neuroléptico maligno).
Síntomas extrapiramidales:
Distonía: Síntomas de distonía y contracciones anormales prolongadas de grupos musculares, pueden ocurrir en individuos susceptibles durante los primeros días de tratamiento. Los síntomas de distonía incluyen: espasmo de los músculos del cuello, que a veces puede progresar a la opresión en la garganta, dificultad al tragar, dificultad para respirar o protrusión de la lengua. Mientras que estos síntomas pueden ocurrir a dosis bajas, aparecen con más frecuencia y con mayor severidad con medicamentos antipsicóticos de primera generación de alta potencia y en dosis más altas. Existe un elevado riesgo de distonía aguda en los hombres y en los grupos de edades más jóvenes.
Adultos: Datos de un ensayo clínico comparativo de 6 semanas de duración con pacientes esquizofrénicos que recibieron cinco dosis fijas de quetiapina (75, 150, 300, 600, 750 mg/día) demostraron la falta de síntomas extrapiramidales relacionados al tratamiento (SEP) en relación a la dosis de quetiapina. Se utilizaron tres métodos para medir los SEP: puntuación total (1) Simpson-Angus (significa cambiar de línea de base) que evalúa parkinsonismo y acatisia, (2) la incidencia de quejas espontáneas de SEP (acatisia, aquinesia, rueda dentada, síndrome extrapiramidal, hipertonía, hipoquinesia, rigidez del cuello y temblor) y (3) el uso de medicamentos anticolinérgicos para tratar de SEP emergentes.
En seis ensayos clínicos adicionales controlados con placebo (3 en pacientes con manía aguda y 3 en pacientes con esquizofrenia) con dosis variables de quetiapina, no hubo diferencias entre la quetiapina y placebo en relación a la incidencia de SEP relacionada al tratamiento, según los resultados de la evaluación de Simpson-Angus, reportes espontáneos de SEP y el uso concomitante de medicamentos anticolinérgicos para el tratamiento de SEP.
En dos ensayos clínicos controlados con placebo para el tratamiento de la depresión en el trastorno bipolar con 300 mg y 600 mg de quetiapina, la incidencia de reacciones adversas potencialmente relacionadas con SEP fue de 12% en ambos grupos de dosis y el 6% en el grupo placebo. En estos estudios, la incidencia de las reacciones adversas individuales (acatisia, trastornos extrapiramidales, temblor, discinesia, distonía, inquietud, hiperactividad psicomotora, contracciones involuntarias musculares, y rigidez muscular) fueron en general bajos y no superaron el 4% en cualquier grupo de tratamiento.
Los 3 grupos de tratamiento fueron similares en el cambio medio de la puntuación total en el escore SAS y BARES y la puntuación global de evaluación al final del tratamiento. El uso concomitante de medicamentos anticolinérgicos fue poco frecuente y similar en los tres grupos de tratamiento.
Niños y adolescentes: La siguiente información se deriva de una base de datos de ensayos clínicos con quetiapina que consiste de más de 1000 pacientes pediátricos. Esta base de datos incluye 677 pacientes expuestos al uso de quetiapina para el tratamiento de la esquizofrenia y 393 pacientes expuestos al uso de quetiapina para el tratamiento de la manía aguda en el trastorno bipolar.
Incidencia de reacciones adversas en el corto plazo, en ensayos controlados con placebo en niños y adolescentes:
Adolescentes de 13 a 17 años de edad con esquizofrenia: Las siguientes conclusiones se basaron en un estudio de 6 semanas controlado con placebo en el que quetiapina se administró en dosis de 400 o 800 mg/día.
Reacciones adversas asociadas con la discontinuación del tratamiento: La incidencia de interrupciones debidas a reacciones adversas en los pacientes tratados con quetiapina y tratados con placebo fue de 8,2% y 2,7%, respectivamente. El evento adverso que provocó la interrupción en el 1% o más de los pacientes tratados con quetiapina y con una incidencia mayor que con placebo fue somnolencia (2,7% y 0% para el placebo).
Reacciones adversas comunmente observadas: En el tratamiento de la esquizofrenia (hasta 6 semanas), las reacciones adversas más comúnmente observadas asociados con el uso de quetiapina en adolescentes (incidencia del 5% o mayor y de por lo menos el doble que para el placebo) fueron somnolencia (34%), mareos (12%), sequedad de boca (7%), taquicardia (7%).
La siguiente tabla enumera la incidencia, en porcentajes, de las reacciones adversas derivadas del uso de quetiapina que ocurrieron durante el tratamiento de la esquizofrenia (hasta 6 semanas), en el 5% o más de los pacientes (con dosis de 400 o 800 mg /día) donde la incidencia en pacientes tratados con quetiapina fue al menos dos veces la incidencia en pacientes tratados con placebo.
Los eventos adversos potencialmente relacionados con la dosis de mayor frecuencia en el grupo que recibió 800 mg comparado con el grupo de 400 mg incluyeron: mareos (8,2% vs 14,9%), sequedad de boca (4,1% vs 9,5%) y taquicardia (frente a 5,5% vs 8,1%).
Incidencia de reacciones adversas emergentes del tratamiento en un estudio clínico de 6 semanas controlado con placebo para el tratamiento de la esquizofrenia en pacientes adolescentes:

Sistema u órganoQuetiapina
(n=147)
Placebo
(n=75)
Sistema nervioso central
Somnolencia134%11%
Mareos12%5%
Digestivo
Boca seca7%1%
Sistema cardiovascular
Taquicardia7%0%

1 Somnolencia combina los términos somnolencia y sedación.

Niños y adolescentes 10 a 17 años de edad con episodio maníaco del trastorno bipolar: Las siguientes conclusiones se basaron en un estudio de 3 semanas controlado con placebo en el que quetiapina se administró en dosis de 400 o 600 mg/día.
Reacciones adversas asociadas con la discontinuación del tratamiento: La incidencia de interrupciones debidas a reacciones adversas en los pacientes tratados con quetiapina y tratados con placebo fue de 11,4% y 4,4%, respectivamente.
Las reacciones adversas que provocaron la interrupción en el 1% o más de los pacientes tratados con quetiapina y con una incidencia mayor que con placebo fueron somnolencia (4,1% vs 1,1%), fatiga (2,1% vs 0), irritabilidad (1,6% vs 0) y síncope (1% vs 0).
Reacciones adversas comunmente observadas: En el tratamiento del episodio maníaco del trastorno bipolar (hasta 3 semanas) las reacciones adversas más comúnmente observadas asociadas con el uso de quetiapina en niños y adolescentes (incidencia del 5% o mayor y por lo menos el doble que para el placebo) fueron: somnolencia (53%), mareos (18%), fatiga (11%), aumento del apetito (9%), náuseas (8%), vómitos (8%), taquicardia (7%), sequedad de boca (7%), y aumento de peso (6% ).
La siguiente tabla enumera la incidencia, en porcentajes, de las reacciones adversas derivadas del uso que ocurrieron durante el tratamiento (hasta 3 semanas) de los episodios maníacos del trastorno bipolar en un 5% o más de los pacientes tratados con quetiapina (dosis de 400 o 600 mg/día ) donde la incidencia en pacientes tratados con quetiapina fue al menos dos veces la incidencia en pacientes tratados con placebo.
Los eventos adversos que fueron potencialmente relacionados con la dosis con mayor frecuencia en el grupo de 600 mg en comparación con el grupo de 400 mg incluyeron somnolencia (49% vs 57%), náuseas (6,3% vs 10,2%) y taquicardia (5,3% vs 8,2 %).
Incidencia de reacciones adversas emergentes del tratamiento en un estudio clínico de 3 semanas de duración controlado con placebo para el tratamiento de la manía bipolar en niños y adolescentes:

Sistema u órganoQuetiapina
(n=193)
Placebo
(n=90)
Sistema nervioso central
Somnolencia153%14%
Mareos18%2%
Fatiga11%4%
Metabolismo y nutrición
Aumento del apetito9%1%
Aumento de peso6%0%
Gastrointestinal
Nauseas8%4%
Vómitos8%3%
Boca seca7%0%
Sistema cardiovascular
Taquicardia7%0%

1 Somnolencia combina los términos somnolencia y sedación.

Reacciones adversas en esquizofrenia y episodios maníacos del trastorno bipolar en ensayos clínicos:
Reacciones adversas comunmente observadas: En el tratamiento agudo de la esquizofrenia y episodios maníacos del trastorno bipolar (hasta 6 semanas en la esquizofrenia y hasta 3 semanas en la manía bipolar) las reacciones adversas más comúnmente observados asociadas con el uso de quetiapina en niños y adolescentes (incidencia del 5% o más y por lo menos el doble que para placebo) fueron somnolencia (47%), mareos (15%), fatiga (9%), aumento del apetito (8%), sequedad de boca (7%), taquicardia (7%), y aumento de peso (5%).
La siguiente tabla enumera la incidencia combinada de las reacciones adversas que se produjeron durante el tratamiento agudo de los niños y adolescentes (hasta 6 semanas en la esquizofrenia y hasta 3 semanas en la manía bipolar). La tabla incluye sólo las reacciones que se produjeron en el 1% o más de los pacientes tratados con quetiapina (dosis de 400, 600, o 800 mg día) y para los que la incidencia en pacientes tratados con quetiapina fue mayor que la incidencia en pacientes tratados con placebo.
Reacciones adversas (incidencia ≥ 1% y mayor que el placebo) en el corto plazo, en ensayos controlados con placebo de niños y adolescentes (10 a 17 años de edad) con manía bipolar o esquizofrenia1:

Sistema u órganoQuetiapina
(n=340)
Placebo
(n=165)
Sistema nervioso central
Somnolencia47%15%
Mareos15%4%
Fatiga9%4%
Irritabilidad4%1%
Temblor3%2%
Acatisia2%1%
Síncope2%0%
Letargo1%0%
Metabolismo y nutrición
Aumento del apetito8%2%
Aumento de peso5%1%
Gastrointestinal
Boca seca7%1%
Vómitos7%6%
Malestar gástrico2%1%
Sistema cardiovascular
Taquicardia8%0%
Músculo-esquelético y
del tejido conectivo
Artralgia3%1%
Dolor de espalda2%1%
Rigidez muscular2%1%
Respiratorio, torácico y mediastinal
Congestión nasal3%2%
Piel y tejido subcutáneo
Acné2%1%
Generales y del sitio de administración
Pirexia2%1%
Astenia2%1%
Psiquiátricos
Agresividad2%1%
Inquietud1%0%
Oculares
Visión borrosa2%1%
Infecciones e infestaciones
Abcesos dentarios1%0%

1 Criterios de umbral se aplica antes de redondear al entero más cercano.

Síntomas extrapiramidales: En un ensayo de monoterapia a corto plazo controlado con placebo en pacientes adolescentes con esquizofrenia (6 semanas de duración), la incidencia agregada de síntomas extrapiramidales fue del 12,9% para el grupo tratado con quetiapina y 5.3% para el grupo tratado con placebo, aunque la incidencia de los eventos adversos individuales (acatisia, temblores, trastornos extrapiramidales, hipocinesia, inquietud, hiperactividad psicomotora, rigidez muscular, disquinesia) no superó el 4,1% en cualquier grupo de tratamiento.
En un ensayo de monoterapia a corto plazo controlado con placebo en niños y adolescentes con manía bipolar (3 semanas de duración), la incidencia agregada de síntomas extrapiramidales fue del 3,6% para el grupo tratado con quetiapina y 1.1% para grupo tratado con placebo.
Reacciones adversas en un ensayo abierto a largo plazo: Las reacciones adversas notificadas en un máximo de 26 semanas en un ensayo abierto con quetiapina en 5% o más de los niños y adolescentes con esquizofrenia o la manía bipolar fueron: somnolencia (30%), cefalea (19%), vómitos (11%), aumento de peso (13%), insomnio (8%), náuseas (10%), fatiga (8%), mareo (9%), aumento del apetito (7%), infección del tracto respiratorio superior (7%), agitación ( 5%), taquicardia (5%) e irritabilidad (5%).
Reacciones adversas observadas durante la evaluación previa a la comercialización de quetiapina: Lo que sigue es una lista de reacciones adversas derivadas del tratamiento reportadas por los pacientes tratados con quetiapina en dosis múltiples ≥ 75 mg/día, durante cualquier fase de los ensayos previos a la comercialización de aproximadamente 2.200 pacientes con esquizofrenia. Todas las reacciones notificadas se incluyen, excepto las que ya figuran en las tablas o en otro lugar del prospecto, las posibles reacciones a causa la droga consideradas como remotas, y aquellas términos acerca de reacciones no definidos. Es importante destacar que, a pesar de las reacciones notificadas se produjeron durante el tratamiento con quetiapina, que no fueron necesariamente causadas por ella.
Las reacciones son categorizados por sistema corporal y enumerados en orden decreciente de frecuencia según las siguientes definiciones: reacciones adversas más frecuentes ocurren en al menos 1/100 pacientes (no sólo las ya incluidas en los resultados tabulados de los ensayos controlados con placebo que aparecen en este prospecto), poco frecuentes las reacciones adversas que ocurren en 1/100 a 1/1000 pacientes; reacciones raras son aquellas que ocurren en menos de 1/1000 pacientes.
Sistema nervioso:
Poco frecuentes: sueños anormales, discinesia, pensamiento anormal, discinesia tardía, vértigo, movimientos involuntarios, confusión, amnesia, psicosis, alucinaciones, hipercinesia, libido aumentada, retención urinaria, falta de coordinación, reacción paranoide, trastornos de la marcha, mioclonías, delirio, reacción maníaca, apatía, ataxia, despersonalización, estupor, bruxismo, la reacción catatónica, hemiplejía.
Raras: afasia, síndrome de bucogloso, coreoatetosis, delirio, labilidad emocional, euforia, disminución de la libido, neuralgia, tartamudez, hematoma subdural.
Cuerpo en general:
Frecuente: síndrome gripal.
Poco frecuentes: dolor de cuello, dolor pélvico, intento de suicidio, malestar, reacción de fotosensibilidad, escalofríos, edema facial, moniliasis.
Raras: abdomen distendido.
Sistema digestivo:
Frecuente: anorexia.
Poco frecuentes: aumento de la salivación, aumento del apetito, aumento de gamma glutamil transpeptidasa, gingivitis, disfagia, flatulencia, gastroenteritis, gastritis, hemorroides, estomatitis, sed, caries dentales, incontinencia fecal, reflujo gastroesofágico, gingivorragia, úlceras en la boca, hemorragia rectal, edema de lengua.
Raras: glositis, hematemesis, obstrucción intestinal, melena, pancreatitis.
Sistema cardiovascular:
Poco frecuentes: vasodilatación, intervalo QT prolongado, migraña, bradicardia, isquemia cerebral, pulso irregular, alteraciones de la onda T, bloqueo de rama, accidente cerebrovascular, tromboflebitis profunda, inversión de la onda T.
Raras: angina de pecho, fibrilación auricular, bloqueo AV de primer grado, insuficiencia cardiaca congestiva, elevación del ST, tromboflebitis, aplanamiento de la onda T, alteraciones del ST, el aumento de la duración del QRS.
Sistema respiratorio:
Frecuentes: aumento de la tos, disnea.
Poco frecuentes: neumonía, epistaxis, asma.
Raras: hipo, hiperventilación.
Metabólicos y nutricionales:
Poco frecuentes: pérdida de peso, aumento de fosfatasa alcalina, hiperlipidemia, intolerancia al alcohol, deshidratación, hiperglucemia, aumento de creatinina, hipoglucemia.
Raras: glucosuria, gota, edema de mano, hipopotasemia, intoxicación por agua.
Piel y anexos:
Poco frecuentes: prurito, acné, eczema, dermatitis de contacto, erupción maculopapular, seborrea, úlceras en la piel.
Raras: dermatitis exfoliativa, psoriasis, decoloración de la piel.
Sistema urogenital:
Poco frecuentes: dismenorrea, vaginitis, incontinencia urinaria, metrorragia, impotencia, disuria, moniliasis vaginal, eyaculación anormal, cistitis, aumento de la frecuencia urinaria, amenorrea, lactancia femenina, leucorrea, hemorragia vaginal, vulvovaginitis, orquitis.
Raras: ginecomastia, nocturia, poliuria, insuficiencia renal aguda.
Sentidos especiales:
Poco frecuentes: conjuntivitis, visión anormal, ojos secos, tinnitus, alteración del gusto, blefaritis, dolor en los ojos.
Raras: alteración de la acomodación, sordera, glaucoma.
Sistema Musculoesquelético: Poco frecuentes: fractura patológica, miastenia, espasmos musculares, artralgias, artritis, calambres en las piernas, dolor óseo.
Hematológicas y del sistema linfático:
Poco frecuente: leucocitosis, anemia, equimosis, eosinofilia, anemia hipocrómica, linfadenopatía, cianosis.
Raras: hemólisis, trombocitopenia.
Sistema endocrino:
Poco frecuentes: hipotiroidismo, diabetes mellitas.
Raros: hipertiroidismo.
Signos vitales y valores de laboratorio: Alteraciones como hiperglucemia, hiperlipidemia, aumento de peso e hipotensión ortostática se han reportado con quetiapina. También se ha reportado aumento de la presión arterial en niños y adolescentes.
Recuento de neutrófilos: En ensayos clínicos de monoterapia controlada con placebo con 3.368 pacientes tratados con quetiapina y 1515 con placebo, la ocurrencia de al menos un recuento de neutrófilos < 1,0 x 109/L en pacientes con un recuento basal de neutrófilos normal y al menos un seguimiento de laboratorio disponible fue de 0,3% (10/2967) en pacientes tratados con fumarato de quetiapina, en comparación con 0,1% (2/1349) en los pacientes tratados con placebo.
Los pacientes con recuento preexistente bajo de glóbulos blancos o un historial de leucopenia/neutropenia inducida por drogas deben someterse a un conteo sanguíneo completo y monitorizarse con frecuencia durante los primeros meses de terapia y deben dejar de recibir quetiapina ante el primer signo de disminución de leucocitos en ausencia de otros factores causantes.
Disminución de la hemoglobina: En ensayos controlados con placebo a corto plazo, la disminución de la hemoglobina ≤ 13 g/dl varones y ≤ 12 g/dL en mujeres por lo menos en una ocasión se produjo en el 8,3% (594/7155vs. 594/7155) de los pacientes tratados con quetiapina en comparación con 6,2 % (219/3536vs. 219/3536) de los pacientes tratados con placebo. En una base de datos de ensayos clínicos controlados y no controlados, la disminución de la hemoglobina ≤ 13 g/dl en varones, ≤ 12 g/dL en mujeres por lo menos en una ocasión se produjo en el 11% (2277/20729) de los pacientes tratados con quetiapina.
Cambios en el ECG:
Adultos: las comparaciones entre los grupos de ensayos controlados con placebo no mostraron diferencias estadísticamente significativas entre quetiapina y placebo en las proporciones de pacientes que experimentaron cambios potencialmente importantes en los parámetros electrocardiográficos, incluyendo QT, QTc, y los intervalos PR. Sin embargo, las proporciones de pacientes que cumplían los criterios para taquicardia se compararon en cuatro ensayos clínicos controlados con placebo de 3-6 semanas de duración para el tratamiento de la esquizofrenia revela una incidencia del 1% (4/399) em el grupo tratado con quetiapina en comparación con 0,6% (1/156) de incidencia para el placebo. En ensayos clínicos de monoterapia en episodios agudos de manía bipolar la proporción de pacientes que cumplían los criterios para taquicardia fue de 0,5% (1/192) para el grupo tratado con quetiapina en comparación con el 0% (0/178) de incidencia para el placebo. En ensayos clínicos de terapia combinada en episodios agudos de manía bipolar las proporciones de pacientes que cumplen los mismos criterios que fue del 0,6% (1/166) para el grupo tratado con quetiapina en comparación con el 0% (0/171) de incidencia para el placebo. En estudios de depresión bipolar, los pacientes no tuvieron aumentos del ritmo cardíaco > 120 latidos por minuto. El uso de quetiapina se asoció con un aumento medio de la frecuencia cardíaca, evaluado por ECG, de 7 latidos por minuto en comparación con un aumento medio de 1 latido por minuto entre los pacientes tratados con placebo. Esta ligera tendencia a la taquicardia en los adultos puede estar relacionada con el potencial de quetiapina para inducir cambios ortostáticos.
Niños y adolescentes: En estudios de esquizofrenia aguda (6 semanas) en adolescentes, hubieron aumentos potencialmente significativos clínicamente en la frecuencia cardíaca (> 110 ppm) que ocurrieron en el 5,2% (3/73) de los pacientes que recibieron quetiapina 400 mg y 8,5% (5/74) de los pacientes que recibieron quetiapina 800 mg en comparación con el 0% (0/75) de los pacientes que recibieron placebo. El aumento medio de la frecuencia cardíaca fue de 3,8 ppm y 11.2 ppm para los grupos tratados con quetiapina 400 mg y 800 mg respectivamente, en comparación con una disminución de 3,3 ppm en el grupo placebo.
En ensayos clínicos de manía bipolar aguda (3 semanas) en niños y adolescentes, los aumentos con potencial significado clínico de la frecuencia cardíaca (> 110 ppm) fue de 1,1% (1/95) para los pacientes que recibieron quetiapina 400 mg y 2,4% (2/98) para los pacientes que recibieron quetiapina 600 mg en comparación con el 0% (0/98) de los pacientes que recibieron placebo. El aumento medio de la frecuencia cardíaca fue de 12,8 ppm y 13,4 ppm para los grupos tratados con quetiapina 400 mg y 600 mg respectivamente, en comparación con una disminución de 1,7 ppm en el grupo tratado con placebo.
Experiencia post-comercialización: Las siguientes reacciones adversas fueron identificadas posteriormente a la aprobación de quetiapina. Debido a que estas reacciones fueron reportadas voluntariamente por una población de tamaño incierto, no siempre es posible estimar de manera fiable su frecuencia o establecer una relación causal con la exposición al fármaco.
Las reacciones adversas notificadas desde la introducción al mercado que se relacionaron temporalmente a la terapia con quetiapina incluyen: reacción anafiláctica y galactorrea.
Otras reacciones adversas comunicadas desde la introducción al mercado, que se relacionaron temporalmente a la terapia con quetiapina, pero no necesariamente relacionadas causalmente, son las siguientes: agranulocitosis, miocardiopatía, hiponatremia, miocarditis, rabdomiolisis, síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIHAD), síndrome de Stevens-Johnson (SSJ), y disminución de las plaquetas.
En ensayos clínicos post-comercialización, se han reportado elevaciones en el colesterol total (sobre todo el colesterol LDL).

Interacciones medicamentosas y de otro género

El riesgo de usar quetiapina en combinación con otras drogas no ha sido ampliamente evaluado en estudios clínicos. Dados los efectos primarios de quetiapina sobre el SNC, se debe ser cauteloso cuando el fármaco es tomado en combinación con otras drogas de acción central. Quetiapina puede potenciar los efectos del alcohol en sujetos con trastornos psicóticos seleccionados, y las bebidas alcohólicas deben ser evitadas mientras esté medicado con quetiapina.
Debido a su potencial para inducir hipotensión, quetiapina puede aumentar los efectos de ciertos agentes antihipertensivos.
Quetiapina puede antagonizar los efectos de agonistas de levodopa y dopamina.
Debe tenerse precaución si se utilizara quetiapina en forma combinada con drogas capaces de alterar el equilibrio electrolítico o de incrementar el intervalo QT.
Se han comunicado casos de falsos positivos en orina de inmunoensayos enzimáticos para la metadona y los antidepresivos tricíclicos en pacientes que han tomado la quetiapina. Si se sospecha resultados falsos positivos, se recomienda la confirmación con una técnica cromatográfica adecuada.
Fenitoína: La co-administración de quetiapina (250 mg, 3 veces por día) y fenitoína (100 mg, 3 veces por día) aumenta la excreción oral media de quetiapina en cinco veces. Se puede requerir que las dosis aumentadas de quetiapina mantengan el control de los síntomas psicóticos en pacientes que recibían quetiapina y fenitoína, u otros inductores de enzima hepática (es decir carbamazepina, barbitúricos, rifampina, glucocorticoides). Se debe ser cauteloso si la fenitoína es discontinuada y reemplazada con un no inductor (a saber, valproato).
Tioridacina: Esta droga (200 mg, 2 veces por día) aumentó la excreción oral de quetiapina (300 mg, 3 veces por día) en un 65%.
Cimetidina: La administración de múltiples dosis diarias de cimetidina (400 mg, 3 veces por día, durante 4 días) resultó en una disminución del 20% de la excreción oral media de quetiapina (150 mg, 3 veces por día). El ajuste de dosis de quetiapina no es necesario cuando es administrado con cimetidina.
Inhibidores de P450 3A: Si bien no se dispone información basada en estudios clínicos, se indica precaución cuando quetiapina es administrado con un potente inhibidor enzimático de citocromo P450 3A (a saber ketoconazol, itraconazol, fluconazol, y eritromicina).
Fluoxetina, imipramina, haloperidol y risperidona: La co-administración de fluoxetina (60 mg, 1 veces por día), imipramina (75 mg, 2 veces por día), haloperidol (7,5 mg, 2 veces por día) o risperidona (3 mg, 2 veces por día) con quetiapina (300 mg, 2 veces por día) no alteró la famacocinética de estado constante de la quetiapina.
Divalproato: La coadministración de quetiapina (150 mg 2 veces por día) con divalproato (500 mg 2 veces por día) aumenta la concentración media máxima plasmática de quetiapina en estado constante en un 17% sin afectar la extensión de la absorción del clearance oral medio.
Efecto de la quetiapina sobre otras drogas:
Lorazepam: La excreción oral media de lorazepam (2 mg, dosis única) fue reducida en un 20% en presencia de quetiapina administrada como dosis de 250 mg, 3 veces por día.
Divalproex: la concentración máxima media y el alcance de absorción del ácido valproico total y libre en régimen permanente se redujeron en 10% a 12% al administrar divalproex (500 mg dos veces/dìa) con quetiapina (150 mg dos veces/día). El clearance oral medio del ácido valproico total (administrado como divalproex 500 mg dos veces/día) se incrementó en un 11% en presencia de quetiapina (150 mg dos veces/día). Los cambios no fueron significativos.
Litio: La administración concomitante de quetiapina (250 mg, 3 veces por día) con litio no ejerció ningún efecto sobre ninguno de los parámetros farmacocinéticos en estado constante del litio.
Antipirina: Administración de dosis diarias múltiples de hasta 750 mg/día en sujetos con afecciones psicóticas no ha demostrado afectos clínicos importantes sobre el clearance de antipirina o la recuperación de metabolitos de la antipirina.
Estos resultados indican que quetiapina no induce las enzimas hepáticas responsables del citocromo P450 que median el metabolismo de la antipirina.
Abuso de drogas y dependencia: No ha sido estudiado de forma sistemática, en animales o humanos, la potencialidad de abuso, tolerancia o dependencia física de la quetiapina. Mientras que en los ensayos clínicos no se reveló ninguna tendencia a un comportamiento de búsqueda de drogas, estas observaciones no fueron sistemáticas y no es posible predecir sobre la base de esta experiencia limitada en la medida en que una droga activa a nivel del SNC será mal utilizado, desviado, y/o abusado una vez comercializados. En consecuencia, los pacientes deben ser evaluados cuidadosamente para detectar una historia de abuso de drogas, y estos pacientes deben ser observados de cerca para detectar signos de mal uso o abuso de quetiapina, por ejemplo, el desarrollo de tolerancia, el aumento de la dosis y la búsqueda de drogas.

Precauciones en relación con efectos de carcinogénesis, mutagénesis, teratogénesis y sobre la fertilidad

Carcinogénesis: En estudios realizados en ratas (dosis de 0,20, 75, 250 mg/kg día la incidencia de adenocarcinomas mamarios aumentó con todas las dosis en ratas hembras, a raíz de la hiperprolactinemia prolongada.
En ratas (250 mg/kg/día) y en ratones (250 y 750 mg/kg día) machos se produjo un aumento de la incidencia de adenomas benignos de las células foliculares tiroideas, compatible con los mecanismos conocidos propios de los roedores y resultante de un aumento de la depuración hepática de tiroxina.
Mutagénesis: Los estudios sobre toxicidad genética demuestran que no es un medicamento mutagénico ni clastogénico.
Trastornos de la fertilidad: La quetiapina disminuye el apareamiento y la fertilidad en ratas macho Sprague Dawley en dosis orales de 50 y 150 mg/kg o de 0.6 y 1.8 veces la dosis humana máxima en base a mg/m². Los efectos relacionados con la droga incluyen un incremento en los intervalos para aparearse y en el número de apareamientos necesarios para un embarazo exitoso. Aún se observaron dichos efectos a 150 mg/kg aún luego de un período de dos semanas sin tratamiento.
La dosis sin efecto para de un apareamiento y fertilidad sin consecuencias en ratas macho fue de 25 mg/kg, o 0.3 veces la dosis máxima humana en una base mg/m². La Quetiapina afecto en forma negativa el apareamiento y la fertilidad en ratas hembra Sprague Dawley a una dosis oral de 50 mg/kg, o a 0.6 veces la dosis máxima humana sobre una base mg/m².
Los efectos relacionados con las drogas incluyeron disminuciones en el apareamiento y en los resultados de apareamiento que provocaban el embarazo, y en el incremento de los intervalos para aparearse. Se observó un incremento en los ciclos de estro irregulares a dosis de 10 y 50 mg/kg o a 0.1 y 0.6 veces la dosis humana máxima según mg/m². La dosis sin efecto en ratas hembra fue de 1 mg/kg o 0.01 veces la dosis humana máxima en base a mg/m².

Dosis y vía de administración

Quetiapina puede tomarse o no con las comidas.
Esquizofrenia:
Adultos:
Selección de dosis: Quetiapina en general debe ser administrada con una dosis inicial de 25 mg dos veces al día (50 mg), con incrementos de la dosis total diaria de 25 mg-50 mg en dos o tres dosis divididas durante el segundo y tercer día (100 y 200 mg respectivamente), según la tolerancia, hasta alcanzar una dosis total en el rango de 300 mg a 400 mg al día el cuarto día.
Nuevos ajustes de dosis: Si estuvieran indicados, en general, deben realizarse a intervalos de no menos de 2 días, el estado estacionario de quetiapina no se lograría por aproximadamente 1-2 días en el paciente típico. Cuando son necesarios ajustes de la dosis, se recomienda que los aumentos o descensos sean de a 25 mg 50 mg divididos en dos veces al día. La mayoría de los datos de eficacia con quetiapina se obtuvieron utilizando regímenes de tres dosis diarias, pero en un ensayo controlado 225 mg administrados dos veces al día fue también eficaz.
Mantenimiento: Si bien no existe evidencia disponible para responder a la pregunta de cuánto tiempo el paciente tratado con quetiapina debe mantenerse, por lo general se recomienda que los pacientes que respondieron continúen bajo tratamiento más allá de la respuesta aguda, pero con la menor dosis necesaria para mantener la remisión. Los pacientes deben ser periódicamente reevaluados para determinar la necesidad de tratamiento de mantenimiento.
Adolescentes (13-17 años):
Selección de dosis: Quetiapina debe administrarse dos veces al día. Sin embargo, basándose en la respuesta y la tolerabilidad quetiapina puede ser administrada tres veces al día cuando sea necesario.
La dosis diaria total durante los primeros cinco días de tratamiento es de 50 mg (día 1), 100 mg (día 2), 200 mg (día 3), 300 mg (día 4) y 400 mg (día 5). Después del Día 5, la dosis se debe ajustar dentro del rango de dosis recomendada de 400 mg a 800 mg/día basándose en la respuesta y la tolerabilidad. El ajuste de la dosis debe ser en incrementos no mayores de 100 mg/día.
Mantenimiento: La eficacia de quetiapina durante más de 6 semanas no se ha evaluado en ensayos clínicos controlados. Si bien no existe evidencia disponible para responder a la pregunta de cuánto tiempo se debe mantener a los pacientes tratados con quetiapina, por lo general se recomienda que los pacientes que respondieron continuen más allá de la respuesta aguda, pero con la menor dosis necesaria para mantener la remisión. Los pacientes deben ser periódicamente reevaluados para determinar la necesidad de tratamiento de mantenimiento.
Trastorno bipolar:
Adultos:
Tratamiento agudo de episodios maníacos del trastorno bipolar tipo I:
Selección de la dosis: Cuando se utiliza como monoterapia o adjunto (con litio o divalproex), el tratamiento con quetiapina debe iniciarse en dos dosis diarias, que deben sumar un total de 100 mg el día 1, llegando a 400 mg/día el día 4, debiendo incrementarse hasta 100 mg/día en dos dosis diarias. Mayores ajustes de dosis de hasta 800 mg/día el día 6 debe realizarse a incrementos de no más de 200 mg/día. La seguridad de dosis por encima de 800 mg/día no ha sido evaluada en ensayos clínicos.
Tratamiento agudo de episodios depresivos del trastorno bipolar:
Selección de la dosis: Quetiapina debe ser administrada una vez por día a la hora de acostarse hasta alcanzar una dosis de 300 mg/día el día 4.

Día 1Día 2Día 3Día 4
Quetiapina50 mg100 mg200 mg300 mg

Tratamiento de mantenimiento del trastorno bipolar tipo I: En la fase de mantenimiento, en general, los pacientes deben continuar recibiendo la misma dosis que los estabilizó durante la fase aguda de la enfermedad (entre 400 y 800 mg/día).
Niños y adolescentes (de 10 a 17 años):
Tratamiento agudo de episodios maníacos del trastorno bipolar tipo I:
Selección de la dosis: Quetiapina debe ser administrada dos veces al día. Sin embargo, basado en la tolerancia y la respuesta quetiapina puede ser administrada tres veces al día cuando sea necesario.
La dosis diaria total para los primeros cinco días de terapia es 50 mg (1 día), 100 mg (día 2), 200 mg (día 3), 300 mg (día 4) y 400 mg (día 5). Después de 5 días, la dosis debe ajustarse dentro del rango de dosis recomendada de 400 a 600 mg/día, basado en la respuesta y la tolerancia. Los ajustes de dosis deben ser en incrementos de no más de 100 mg/día.
Mantenimiento: La efectividad de quetiapina durante más de 3 semanas no ha sido evaluada en ensayos clínicos controlados con niños y adolescentes. Mientras que no existan evidencias disponibles para responder a la pregunta de cuánto tiempo el paciente tratado con quetiapina debe recibir el tratamiento de mantenimiento, en general se recomienda continuar más allá de la respuesta aguda, con la dosis más baja que se necesita para mantener la remisión. Los pacientes deben revisarse periódicamente para determinar la necesidad de tratamiento de mantenimiento.
Dosificación en poblaciones especiales: Debe prestarse atención a una titulación más lento de la dosis y una dosis máxima menor en las personas de edad y en los pacientes débiles o que tienen predisposición a padecer hipotensión. Cuando se indique, la titulación de la dosis debe realizarse con precaución en estos pacientes.
Los pacientes con deterioro de la función hepática deben comenzar el tratamiento con dosis de 25 mg/día. La dosis debe aumentarse diariamente en incrementos de 25-50 mg/día hasta lograr una dosis efectiva, dependiendo de la respuesta clínica y la tolerancia del paciente.
Reiniciación del tratamiento en pacientes previamente discontinuados: Si bien no hay información sobre la reiniciación del tratamiento, se recomienda que en el caso de reiniciar el mismo en pacientes con un intervalo de menos de una semana sin recibir quetiapina, no es necesaria la titulación y se puede reiniciar el tratamiento con la dosis de mantenimiento. Cuando se reinicia la terapia de pacientes que han discontinuado quetiapina durante más de una semana, se debe seguir la titulación inicial.
Conmutación de antipsicóticos: No hay ningún dato recogido sistemáticamente de pacientes con esquizofrenia en relación al cambio de tratamiento con otros antipsicóticos a quetiapina, o relativas a la administración concomitante con antipsicóticos. Mientras que la suspensión inmediata del anterior tratamiento antipsicótico puede ser aceptable para algunos pacientes con esquizofrenia, la interrupción más gradual puede ser más apropiada para otros. En todos los casos, debe reducirse el período de acumulación de administración del antipsicótico. Cuando la conmutación es de antipsicóticos de depósito, si es médicamente necesario, se debe iniciar la terapia con quetiapina en lugar de la siguiente inyección programada. La necesidad de continuar el tratamiento de síntomas extrapiramidales debe ser reevaluada periódicamente.

Manifestaciones y manejo de la sobredosificación o ingesta accidental

En los ensayos clínicos, se ha reportado supervivencia con sobredosis agudas de hasta 30 gramos de quetiapina. La mayoría de los pacientes con sobredosis no mostraron reacciones adversas o se recuperaron por completo de las reacciones notificadas. Fue reportado un caso de muerte en un estudio clínico después de una sobredosis de 13,6 gramos de quetiapina sola. En general, los signos y síntomas fueron los resultantes de una exageración efectos farmacológicos conocidos, es decir, somnolencia, sedación, taquicardia e hipotensión. Los pacientes con enfermedad cardiovascular preexistente severa pueden presentar un mayor riesgo de los efectos de la sobredosis. Uno de los casos, con una sobredosis estimada de 9.600 mg, se asoció con hipopotasemia y el bloqueo cardiáco de primer grado. En la experiencia postcomercialización, se reportaron casos de prolongación del intervalo QT en sobredosis. También hubo informes muy raros de sobredosis con quetiapina sola, con resultado de muerte o estado de coma.
Tratamiento de la sobredosis: En caso de sobredosis aguda, establecer y mantener una vía aérea y asegurar la oxigenación y ventilación adecuadas. El lavado gástrico (después de la intubación, si el paciente está inconsciente) y la administración de carbón activado y un laxante deben ser considerados. La posibilidad de embotamiento, convulsiones o reacción distónica de la cabeza y el cuello después de la sobredosis puede crear un riesgo de aspiración si se indujera la emesis. El control cardiovascular debe empezar inmediatamente e incluir un control electrocardiográfico continuo para detectar posibles arritmias. Si se administra terapia antiarrítmica con drogas como disopiramida, procainamida y quinidina existe un riesgo teórico de efectos aditivos de prolongar el QT cuando en pacientes con sobredosis aguda de quetiapina. Del mismo modo, es razonable esperar que el bloqueo alfa-adrenérgico del bretilio pueda ser aditivo al de quetiapina, lo que resultaría en una mayor hipotensión.
No hay un antídoto específico para quetiapina. Por lo tanto, las medidas de apoyo deben ser instituidas. La posibilidad de participación de múltiples drogas debe ser considerado. La hipotensión y el colapso circulatorio deben tratarse con medidas apropiadas, tales como fluidos intravenosos y/o agentes simpaticomiméticos (adrenalina y la dopamina no se deben utilizar, puesto que la estimulación beta podría empeorar la hipotensión en el contexto del bloqueo alfa inducido por quetiapina). En casos de síntomas extrapiramidales severos se debe administrar medicación anticolinérgica. Deben realizarse una estrecha supervisión y controles estrictos hasta que el paciente se recupere.
Ante la eventualidad de una sobredosificación, concurrir al hospital más cercano o comunicarse con los centros de toxicología.

Presentaciones

QUETIAZIC® 25 mg: Caja con 30 comprimidos recubiertos.
QUETIAZIC® 100 mg: Caja con 30 comprimidos recubiertos.
QUETIAZIC® 200 mg: Caja con 30 comprimidos recubiertos.
QUETIAZIC® 300 mg: Caja con 30 comprimidos recubiertos.

Recomendaciones sobre almacenamiento

Almacenar a temperatura no mayor de 30°C, protegido de la luz y de la humedad.

Leyendas de protección

Mantener fuera del alcance de los niños. Este medicamento solo debe utilizarse bajo estricto control y vigilancia médica y no puede repetirse sin nueva receta.

Registro sanitario

QUETIAZIC® 25 mg: II-35517/2017
QUETIAZIC® 100 mg: II-35742/2017
QUETIAZIC® 200 mg: II-35772/2017
QUETIAZIC® 300 mg: II-44986/2017    

Quetiazic Comprimidos recubiertos

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